/ jueves 14 de julio de 2022

INFRAESTRUCTURA



POR ROBERTA CORTAZAR B.


En clase de historia conocí el concepto de nómadas y sedentarios, la maestra nos llevaba al comienzo del hombre y nos platicaba cómo éste tenía que desplazarse de un lugar a otro para encontrar alimento y refugio, ser nómadas era un estilo de vida indispensable. El sedentarismo llegó después, con la agricultura, la domesticación de animales, y el desarrollo de muchos productos y tecnologías, si partimos de estas bases consideraríamos que hoy en día sería más común ser sedentario, pero el ir y venir por el globo terráqueo es una actividad que mueve a millones diariamente. Los medios de transporte traen y llevan desde los lugares más lejanos a personas y productos que se “requieren” en todos los rincones del planeta. Empresas mandan y traen personal para todo tipo de trabajos, negociaciones o entrenamientos, estudiar fuera es común y hay oportunidades cada vez más accesibles para vacacionar y celebrar. El movimiento humano se ha multiplicado junto con el crecimiento de la población del planeta. Las terminales de autobuses, los aeropuertos, los puertos, las carreteras, los hoteles y los lugares públicos de las ciudades más populares nos dicen que somos muchos y que seguimos multiplicándonos y desplazándonos.

Cada lugar que es famoso por sus bellos o históricos escenarios, por su variedad y calidad de educación, trabajo, tecnología, nivel de vida, oportunidades, etc. recibe constantemente personas que buscan progresar y conocer lo mejor de este mundo.

Las ciudades van desarrollando infraestructura para recibir a más personas y ofrecer todo eso a lo que ya estamos acostumbrados: comodidad a diferentes precios, para hacer accesible el lugar a todos los presupuestos. Pero muchas veces la afluencia rebasa la infraestructura que se tiene, y montones de visitantes inundan y crean todo tipo de problemas que se parchan para seguir recibiendo.

La infraestructura consiste antes que nada en cuidado a los recursos naturales y reglas claras que el habitante, visitante o migrante debe conocer y respetar, y si no lo hace, tener organizaciones legales para llamar la atención, multar, o encerrar al ofensor.

La protección de todo entorno es una demostración de respeto a Dios, él es el creador de este mundo, hay un llamado divino a la conciencia de cuidar las maravillas de esta Tierra. Ir de vacaciones no significa desdeñar y maltratar, la diversión puede ir de la mano del respeto y cuidado a la naturaleza y demás seres humanos.

Si un lugar se está preparando para recibir visitantes, las leyes deben establecerse antes de abrir las puertas, y el que no las siga, pues que se vaya y deje a los demás disfrutar.

Como preocupada ambientalista veo que ciudades y pueblos crecen al ahi se va, recibiendo a tumultos que dejan los lugares en las peores condiciones, ejemplo: Majalca y Mazatlán, un pueblo mágico y una ciudad turística hermosa, que igualmente en diferentes magnitudes sufren la contaminación de construcción, basura y ruido, donde flora y fauna se diluyen del paisaje sin que se le dé la debida importancia.

Los nómadas de recorridos constantes ya somos demasiados, necesitamos que una infraestructura clara y estricta nos reciba en todo lugar y si no la hay, que por sentido común nos sumemos a cuidar el planeta desde nuestras acciones. Donde quiera que cuides o dañes algo repercute en la salud o deterioro del planeta. Infórmate y fórmate.



POR ROBERTA CORTAZAR B.


En clase de historia conocí el concepto de nómadas y sedentarios, la maestra nos llevaba al comienzo del hombre y nos platicaba cómo éste tenía que desplazarse de un lugar a otro para encontrar alimento y refugio, ser nómadas era un estilo de vida indispensable. El sedentarismo llegó después, con la agricultura, la domesticación de animales, y el desarrollo de muchos productos y tecnologías, si partimos de estas bases consideraríamos que hoy en día sería más común ser sedentario, pero el ir y venir por el globo terráqueo es una actividad que mueve a millones diariamente. Los medios de transporte traen y llevan desde los lugares más lejanos a personas y productos que se “requieren” en todos los rincones del planeta. Empresas mandan y traen personal para todo tipo de trabajos, negociaciones o entrenamientos, estudiar fuera es común y hay oportunidades cada vez más accesibles para vacacionar y celebrar. El movimiento humano se ha multiplicado junto con el crecimiento de la población del planeta. Las terminales de autobuses, los aeropuertos, los puertos, las carreteras, los hoteles y los lugares públicos de las ciudades más populares nos dicen que somos muchos y que seguimos multiplicándonos y desplazándonos.

Cada lugar que es famoso por sus bellos o históricos escenarios, por su variedad y calidad de educación, trabajo, tecnología, nivel de vida, oportunidades, etc. recibe constantemente personas que buscan progresar y conocer lo mejor de este mundo.

Las ciudades van desarrollando infraestructura para recibir a más personas y ofrecer todo eso a lo que ya estamos acostumbrados: comodidad a diferentes precios, para hacer accesible el lugar a todos los presupuestos. Pero muchas veces la afluencia rebasa la infraestructura que se tiene, y montones de visitantes inundan y crean todo tipo de problemas que se parchan para seguir recibiendo.

La infraestructura consiste antes que nada en cuidado a los recursos naturales y reglas claras que el habitante, visitante o migrante debe conocer y respetar, y si no lo hace, tener organizaciones legales para llamar la atención, multar, o encerrar al ofensor.

La protección de todo entorno es una demostración de respeto a Dios, él es el creador de este mundo, hay un llamado divino a la conciencia de cuidar las maravillas de esta Tierra. Ir de vacaciones no significa desdeñar y maltratar, la diversión puede ir de la mano del respeto y cuidado a la naturaleza y demás seres humanos.

Si un lugar se está preparando para recibir visitantes, las leyes deben establecerse antes de abrir las puertas, y el que no las siga, pues que se vaya y deje a los demás disfrutar.

Como preocupada ambientalista veo que ciudades y pueblos crecen al ahi se va, recibiendo a tumultos que dejan los lugares en las peores condiciones, ejemplo: Majalca y Mazatlán, un pueblo mágico y una ciudad turística hermosa, que igualmente en diferentes magnitudes sufren la contaminación de construcción, basura y ruido, donde flora y fauna se diluyen del paisaje sin que se le dé la debida importancia.

Los nómadas de recorridos constantes ya somos demasiados, necesitamos que una infraestructura clara y estricta nos reciba en todo lugar y si no la hay, que por sentido común nos sumemos a cuidar el planeta desde nuestras acciones. Donde quiera que cuides o dañes algo repercute en la salud o deterioro del planeta. Infórmate y fórmate.