“A lo que más le temo es al poder con impunidad, le temo al abuso del poder y al poder abusar”. Isabel Allende (1942 - )
En este corrompido país la mayoría de los funcionarios públicos electos o designados para diversos cargos siempre han buscado la forma de establecer una red de beneficiarios entre amigos, familia y quienes les resulten rentables a sus mezquinos intereses. En 1920 la época postrevolucionaria inaugurada por Obregón, los militares de alto rango estaban en prácticamente todas las funciones -gobernadores, senadores, secretarios y por supuesto presidentes- hasta la llegada de universitarios para crear mandos civiles desde Miguel Alemán hasta la fecha, sin que nadie dude del posible retorno de los militares.
El caso de Irma Eréndida Sandoval hasta hace pocos días titular de la Secretaria de la Función Pública, asesorara por su esposo John Ackerman además de ser su ángel de la guarda, pecó hasta la terquedad de un insistente protagonismo sin lograr realmente darle un rasguño al tejido de la corrupción.
Irma Eréndida se extravió en ese padecimiento mental de sentirse importante, influyente y arrogante, que se acentuaba mas al abrirse paso en suburbans en las congestionadas calles de la Ciudad de México, con sus escoltas vestidos con modestos casimires que contrastaban con su lujoso vestuario. Habían quedado atrás las marchas y plantones en los que participaba contra los regímenes conservadores y neoliberales de Calderón y Peña Nieto.
Llegó inclusive a hacerse más evidente dentro de la 4T por el respaldo abierto a su hermano Pablo Sandoval, en la búsqueda por la gubernatura de Guerrero en abierto choque con el funesto Félix Salgado Macedonio y su hija Evelyn, hoy gobernadora electa (para infortunio de los guerrerenses). Ese tipo de luchas internas hicieron más notorio el malestar del presidente, cuyo enfrentamiento se derivó de la filtración de una carpeta de investigación judicial de 45 páginas sobre la reprobable conducta personal de Salgado como presunto violador.
Para muchos, esto constituyó la causa real del cese fulminante de Irma Eréndida. Aquella mujer de ser de las más aguerridas seguidoras de López Obrador, llena de constante euforia quedaba en la calle, además del señalamiento de enriquecimiento inexplicable, ante un presidente que por televisión lejos de sonreír asumiría un gesto adusto y de enfado.
Su paso por esa secretaría se inicio como encubridora de las propiedades “no declaradas” de Manuel Barttet, seguidas por las ventas del hijo al gobierno, fueron los primeros “gorgojos” de frijol; claro está que como él, muchos expriistas entraron al purgatorio de purificación de MORENA. Los ahorros por austeridad de cantidades estratosféricas, el recorte de personal innecesario, el combate a la corrupción, etc. han sido más un discurso que la realidad. Si vemos sencillamente la cancelación del aeropuerto de Texcoco, las inversiones de Dos Bocas, el tren Maya, etc. lo cual nos parece que nos están llevando por el camino equivocado, además de ser un pueblo sin cultura de la legalidad y la corrupción a la alza de acuerdo a la Encuesta Nacional de Cultura Cívica.
