/ martes 16 de octubre de 2018

La guardia civil

Hay mucha inquietud entre la tropa y entre los mandos del Ejército, así como de la Marina, por las declaraciones del presidente electo López Obrador, quien pretende desaparecer al Ejército como tal y convertirlo en guardia civil, además que no ha decidido quiénes pueden ser los secretarios de cada una de estas dependencias, así como tampoco los subsecretarios, lo que causa inquietud también.

López Obrador así como dice una cosa dice otra, y en el tema del Ejército, empezó por decir que él no necesitaba del Estado Mayor Presidencial, porque a él lo va a proteger el pueblo, y que sólo traerá 20 personas, la mitad mujeres y la mitad hombres, desarmados, sin más entrenamiento que la voluntad de cuidarlo y que los nueve mil elementos del Estado Mayor Presidencial los va a mandar al Ejército, que es donde pertenecen. Estoy de acuerdo que el número del Estado Mayor sí es muy grande, a lo mejor reducirlos a la mitad o menos, pero se le olvida que el Estado Mayor no sólo cuida al presidente y su familia, sino que también cuida a mandatarios y personajes importantes que nos visitan y son militares muy bien entrenados para ese tipo de trabajo. No son un militar cualquiera. Son militares élite.

Mandarlos al Ejército regular es como meter un Mercedes Benz de taxi, que en Europa sí se usa, pero en México no. O mandar a un campeón en natación a ser salvavidas de una alberca. Sería desperdiciar todo un entrenamiento y experiencia en alguien que no es para eso.

El colmo vino en estos últimos días, en que declaró López Obrador que iba a desaparecer el Ejército para convertirlo en guardia civil, ya que el país no se encuentra en guerra, y que si esto llegara a ocurrir, el pueblo saldría en defensa de México. Ser militar es una carrera, es una vocación, es como una vacuna contra la polio, sin que haya polio en el país, no se puede dejar de vacunar contra este mal. Ser militar es totalmente diferente a ser un policía de la guardia civil, es como querer que un ingeniero civil se convierta en doctor, o un arquitecto se convierta en dibujante solamente.

El Ejército no sólo está para una guerra, sino para defender el Estado mexicano contra cualquier grupo o gente que pretenda desestabilizar al país, como sucede actualmente con los cárteles del narcotráfico, pero también están para apoyar a la población civil en caso de desastres naturales y están entrenados para eso, así como en campañas de alfabetización o campañas de salud, entrega de libros de texto, cosa que un policía de la guardia civil no lo está.

Mal se vio el presidente de la Cámara de Diputados de su partido, Morena, Porfirio Muñoz Ledo, al llamar a los miembros del Ejército como “pelones” de manera peyorativa, siendo que es una institución consagrada en nuestra constitución en el artículo 89, así que usted, Muñoz Ledo, no puede mandar al diablo las instituciones.

Un error grave desaparecer el Ejército para transformarlo en guardia civil.




Hay mucha inquietud entre la tropa y entre los mandos del Ejército, así como de la Marina, por las declaraciones del presidente electo López Obrador, quien pretende desaparecer al Ejército como tal y convertirlo en guardia civil, además que no ha decidido quiénes pueden ser los secretarios de cada una de estas dependencias, así como tampoco los subsecretarios, lo que causa inquietud también.

López Obrador así como dice una cosa dice otra, y en el tema del Ejército, empezó por decir que él no necesitaba del Estado Mayor Presidencial, porque a él lo va a proteger el pueblo, y que sólo traerá 20 personas, la mitad mujeres y la mitad hombres, desarmados, sin más entrenamiento que la voluntad de cuidarlo y que los nueve mil elementos del Estado Mayor Presidencial los va a mandar al Ejército, que es donde pertenecen. Estoy de acuerdo que el número del Estado Mayor sí es muy grande, a lo mejor reducirlos a la mitad o menos, pero se le olvida que el Estado Mayor no sólo cuida al presidente y su familia, sino que también cuida a mandatarios y personajes importantes que nos visitan y son militares muy bien entrenados para ese tipo de trabajo. No son un militar cualquiera. Son militares élite.

Mandarlos al Ejército regular es como meter un Mercedes Benz de taxi, que en Europa sí se usa, pero en México no. O mandar a un campeón en natación a ser salvavidas de una alberca. Sería desperdiciar todo un entrenamiento y experiencia en alguien que no es para eso.

El colmo vino en estos últimos días, en que declaró López Obrador que iba a desaparecer el Ejército para convertirlo en guardia civil, ya que el país no se encuentra en guerra, y que si esto llegara a ocurrir, el pueblo saldría en defensa de México. Ser militar es una carrera, es una vocación, es como una vacuna contra la polio, sin que haya polio en el país, no se puede dejar de vacunar contra este mal. Ser militar es totalmente diferente a ser un policía de la guardia civil, es como querer que un ingeniero civil se convierta en doctor, o un arquitecto se convierta en dibujante solamente.

El Ejército no sólo está para una guerra, sino para defender el Estado mexicano contra cualquier grupo o gente que pretenda desestabilizar al país, como sucede actualmente con los cárteles del narcotráfico, pero también están para apoyar a la población civil en caso de desastres naturales y están entrenados para eso, así como en campañas de alfabetización o campañas de salud, entrega de libros de texto, cosa que un policía de la guardia civil no lo está.

Mal se vio el presidente de la Cámara de Diputados de su partido, Morena, Porfirio Muñoz Ledo, al llamar a los miembros del Ejército como “pelones” de manera peyorativa, siendo que es una institución consagrada en nuestra constitución en el artículo 89, así que usted, Muñoz Ledo, no puede mandar al diablo las instituciones.

Un error grave desaparecer el Ejército para transformarlo en guardia civil.