/ martes 16 de febrero de 2021

La vigencia de la corrupción

“La hipocresía es la audacia de pregonar integridad desde un nido de corrupción” (Wes Fesler.)

Lamentablemente la corrupción sigue siendo un tema constante y permanente en las acciones de quienes ejercen el poder desde sus muy diferentes niveles. El pasado viernes tuve la desagradable oportunidad de comprobarlo ante el actuar de un agente de Tránsito y Vialidad aquí en la ciudad de chihuahua a pleno mediodía y con todas las agravantes.

Resulta que un familiar vino a sepultar a su señor padre y le acompañé a realizar algunos trámites relacionados con el tema. Ellos tienen muchos años viviendo en Dallas, Texas. Hicieron el viaje en una camioneta de su propiedad de reciente modelo y con placas del vecino estado norteamericano y al transitar por el centro de la ciudad y ante una violación a la Ley de Tránsito a la altura de la Quinta Gameros por el Paseo Bolívar, apareció de inmediato un oficial en bicicleta que nos detuvo señalándonos la infracción.

El conductor le presentó sus documentos y le hizo ver la problemática que enfrentaba; hacía algunos años que no manejaba en esta ciudad, andaba muy estresado ante el fallecimiento tan repentino de su señor padre, había muchos cambios en la vialidad citadina y tenía que regresar a Dallas al día siguiente por su trabajo, por lo que le pidió ejerciera su criterio para poder continuar su quehacer, asegurándole que tendría más cuidado al conducir.

Ante esto, el oficial comenzó a leerle las “múltiples” infracciones que había cometido y el costo que representaría económicamente para él solventar la situación, aparte de que tendría que comparecer al día siguiente ante la delegación con la obligada “pérdida de tiempo”, las filas y su necesidad de regresar a su lugar de residencia surgiendo la obligada pregunta: “¿Cómo nos arreglamos?”.

Con rapidez y simulando un saludo, le entregó un billete de $500.00, el oficial los recibió escondiéndolos rápidamente en su bolsillo, se percató de mi presencia y al notar que traía mi teléfono celular en la bolsa de la camisa me pidió que lo sacara y se lo mostrara, a lo cual me negué lógicamente, me identifiqué verbalmente y sólo le dijo al conductor que continuara su camino escapando rápidamente del lugar en su bicicleta.

Hasta cuándo estaremos soportando a estos “servidores públicos” que abusan de su puesto para extorsionar, sobre todo a paisanos que por alguna razón, ya sea de paseo, negocios o como en estos casos causa de fuerza mayor vienen a nuestra ciudad y se encuentran con la necesidad de ejecutar estos actos de corrupción, seguramente con la complacencia de los jefes que reciben “su mochada”. La lucha de Javier Corral por la Justicia para Chihuahua se queda “cortitita” ante lo que sus subordinados hacen para con los ciudadanos y sus visitantes. ¡No se vale!...

Correo: vicmedina@hotmail.com

“La hipocresía es la audacia de pregonar integridad desde un nido de corrupción” (Wes Fesler.)

Lamentablemente la corrupción sigue siendo un tema constante y permanente en las acciones de quienes ejercen el poder desde sus muy diferentes niveles. El pasado viernes tuve la desagradable oportunidad de comprobarlo ante el actuar de un agente de Tránsito y Vialidad aquí en la ciudad de chihuahua a pleno mediodía y con todas las agravantes.

Resulta que un familiar vino a sepultar a su señor padre y le acompañé a realizar algunos trámites relacionados con el tema. Ellos tienen muchos años viviendo en Dallas, Texas. Hicieron el viaje en una camioneta de su propiedad de reciente modelo y con placas del vecino estado norteamericano y al transitar por el centro de la ciudad y ante una violación a la Ley de Tránsito a la altura de la Quinta Gameros por el Paseo Bolívar, apareció de inmediato un oficial en bicicleta que nos detuvo señalándonos la infracción.

El conductor le presentó sus documentos y le hizo ver la problemática que enfrentaba; hacía algunos años que no manejaba en esta ciudad, andaba muy estresado ante el fallecimiento tan repentino de su señor padre, había muchos cambios en la vialidad citadina y tenía que regresar a Dallas al día siguiente por su trabajo, por lo que le pidió ejerciera su criterio para poder continuar su quehacer, asegurándole que tendría más cuidado al conducir.

Ante esto, el oficial comenzó a leerle las “múltiples” infracciones que había cometido y el costo que representaría económicamente para él solventar la situación, aparte de que tendría que comparecer al día siguiente ante la delegación con la obligada “pérdida de tiempo”, las filas y su necesidad de regresar a su lugar de residencia surgiendo la obligada pregunta: “¿Cómo nos arreglamos?”.

Con rapidez y simulando un saludo, le entregó un billete de $500.00, el oficial los recibió escondiéndolos rápidamente en su bolsillo, se percató de mi presencia y al notar que traía mi teléfono celular en la bolsa de la camisa me pidió que lo sacara y se lo mostrara, a lo cual me negué lógicamente, me identifiqué verbalmente y sólo le dijo al conductor que continuara su camino escapando rápidamente del lugar en su bicicleta.

Hasta cuándo estaremos soportando a estos “servidores públicos” que abusan de su puesto para extorsionar, sobre todo a paisanos que por alguna razón, ya sea de paseo, negocios o como en estos casos causa de fuerza mayor vienen a nuestra ciudad y se encuentran con la necesidad de ejecutar estos actos de corrupción, seguramente con la complacencia de los jefes que reciben “su mochada”. La lucha de Javier Corral por la Justicia para Chihuahua se queda “cortitita” ante lo que sus subordinados hacen para con los ciudadanos y sus visitantes. ¡No se vale!...

Correo: vicmedina@hotmail.com