/ miércoles 7 de abril de 2021

Los ataques al INE

El Consejo General del INE decidió cancelar las candidaturas de decenas de aspirantes a puestos de elección popular por violar las reglas fijadas por la ley.

El artículo 445 de la Ley de Instituciones y Procesos Electorales señala que constituye una infracción: “No presentar el informe de gastos de precampaña o campaña establecidos en esta Ley”.

Morena intentó disfrazar las precampañas de sus candidatos dándoles el formato de encuestas, permitiéndoles realizar eventos proselitistas, por eso es que la descalificación tuvo más efecto en Morena que en otros partidos.

Aun así, muchos partidarios de la 4T se lanzaron como una manada de lobos en contra del Instituto Nacional Electoral (INE).

Lo cual sería una catástrofe para la salud económica del país. Es como llegar con un bate de beisbol a visitar un enfermo en terapia intensiva, que es donde se encuentra México actualmente; me explico más adelante.

En el contexto de los ataques al INE es conveniente entender por qué tenemos un órgano autónomo como responsable del proceso electoral.

Las elecciones realizadas por el gobierno en 1988 produjeron una falta de credibilidad en los resultados, lo que motivó una reforma que creó el IFE, aunque dependiente del gobierno.

Con la crisis política de 1994 se constituyó el Consejo General del IFE conformado con ciudadanos y el Instituto se volvió autónomo. En1997 por primera vez el PRI perdió la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, así como el Gobierno de la Ciudad de México. Luego, en 2000, se dio la alternancia en la Presidencia de la República, con Vicente Fox.

Estos resultados electorales adquirieron credibilidad entre una población que por décadas había vivido las prácticas fraudulentas que aplicaba el PRI.

En la más reciente renovación de consejeros, ya con la mayoría calificada de Morena en la Cámara de Diputados, las designaciones de consejeros del INE fueron aceptadas por el conjunto de las fuerzas políticas en julio de 2020.

Los ataques en contra del INE en realidad tienen como propósito la eliminación de un dique que impide que Morena pueda lograr un regreso al Estado de los 70 y 80, que tanto añora el presidente de la república.

El país se encuentra en terapia intensiva y todas estas maniobras políticas son fatídicas en nuestra situación económica actual.

El crecimiento en la inflación subyacente superó el rango aceptable para el Banco de México. La estimación de crecimiento está alrededor de 4.5 por ciento para este año, lo que implica apenas 0.8 por ciento de crecimiento contra noviembre y enero. Con ello, el nivel de la economía en 2021 será similar al que tuvimos en 2016.

Si la dinámica real de la economía es de 0.8 por ciento, entonces no hay forma de esperar un crecimiento de 3 por ciento para 2022, ya que eso supondría tener un gobierno normal, como los que tuvimos en los últimos 18 años, cosa que no sucede actualmente.

El enfrentamiento continuo con inversionistas ha dado como resultado una caída en la inversión realmente importante, y no se esperan cambios al respecto, ya que incluso si las leyes contra los mercados energéticos nunca entran en vigor, la pura intención de proponerlas ya ha ahuyentado a cualquier inversionista potencial. Lo mismo sucederá con los ataques al INE.

Lo que tenemos es una economía con un crecimiento esperado inferior a 1 por ciento y una inflación superior a 4 por ciento. Caso típico de “estanflación”, estancamiento con inflación no visto desde los 70 y 80. Ahora es el escenario por lo que resta de esta administración, en el mejor de los casos. Puede ser bastante peor, si la necedad se mantiene.

El Consejo General del INE decidió cancelar las candidaturas de decenas de aspirantes a puestos de elección popular por violar las reglas fijadas por la ley.

El artículo 445 de la Ley de Instituciones y Procesos Electorales señala que constituye una infracción: “No presentar el informe de gastos de precampaña o campaña establecidos en esta Ley”.

Morena intentó disfrazar las precampañas de sus candidatos dándoles el formato de encuestas, permitiéndoles realizar eventos proselitistas, por eso es que la descalificación tuvo más efecto en Morena que en otros partidos.

Aun así, muchos partidarios de la 4T se lanzaron como una manada de lobos en contra del Instituto Nacional Electoral (INE).

Lo cual sería una catástrofe para la salud económica del país. Es como llegar con un bate de beisbol a visitar un enfermo en terapia intensiva, que es donde se encuentra México actualmente; me explico más adelante.

En el contexto de los ataques al INE es conveniente entender por qué tenemos un órgano autónomo como responsable del proceso electoral.

Las elecciones realizadas por el gobierno en 1988 produjeron una falta de credibilidad en los resultados, lo que motivó una reforma que creó el IFE, aunque dependiente del gobierno.

Con la crisis política de 1994 se constituyó el Consejo General del IFE conformado con ciudadanos y el Instituto se volvió autónomo. En1997 por primera vez el PRI perdió la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, así como el Gobierno de la Ciudad de México. Luego, en 2000, se dio la alternancia en la Presidencia de la República, con Vicente Fox.

Estos resultados electorales adquirieron credibilidad entre una población que por décadas había vivido las prácticas fraudulentas que aplicaba el PRI.

En la más reciente renovación de consejeros, ya con la mayoría calificada de Morena en la Cámara de Diputados, las designaciones de consejeros del INE fueron aceptadas por el conjunto de las fuerzas políticas en julio de 2020.

Los ataques en contra del INE en realidad tienen como propósito la eliminación de un dique que impide que Morena pueda lograr un regreso al Estado de los 70 y 80, que tanto añora el presidente de la república.

El país se encuentra en terapia intensiva y todas estas maniobras políticas son fatídicas en nuestra situación económica actual.

El crecimiento en la inflación subyacente superó el rango aceptable para el Banco de México. La estimación de crecimiento está alrededor de 4.5 por ciento para este año, lo que implica apenas 0.8 por ciento de crecimiento contra noviembre y enero. Con ello, el nivel de la economía en 2021 será similar al que tuvimos en 2016.

Si la dinámica real de la economía es de 0.8 por ciento, entonces no hay forma de esperar un crecimiento de 3 por ciento para 2022, ya que eso supondría tener un gobierno normal, como los que tuvimos en los últimos 18 años, cosa que no sucede actualmente.

El enfrentamiento continuo con inversionistas ha dado como resultado una caída en la inversión realmente importante, y no se esperan cambios al respecto, ya que incluso si las leyes contra los mercados energéticos nunca entran en vigor, la pura intención de proponerlas ya ha ahuyentado a cualquier inversionista potencial. Lo mismo sucederá con los ataques al INE.

Lo que tenemos es una economía con un crecimiento esperado inferior a 1 por ciento y una inflación superior a 4 por ciento. Caso típico de “estanflación”, estancamiento con inflación no visto desde los 70 y 80. Ahora es el escenario por lo que resta de esta administración, en el mejor de los casos. Puede ser bastante peor, si la necedad se mantiene.