/ jueves 30 de septiembre de 2021

NFT. Bienes virtuales

Una nueva tendencia en el uso de criptomonedas es lo relativo a tokens no fungibles, NFT por sus siglas en inglés. De acuerdo con la Real Academia Española, fungible es un adjetivo que indica que se consume con el uso. Entonces, ¿qué es un token que no se consume?

Espero no haber perdido muchos lectores en la introducción. Pero este término se aplica en el ámbito virtual de las criptomonedas como un bien único que no se puede reemplazar por algo más. A manera de ejemplo, un dólar se puede reemplazar con otro dólar, pero La Mona Lisa no se puede reemplazar con algo más, esta obra de arte es única.

Este concepto ha dado la entrada a la creación de bienes únicos virtuales que son intercambiados por un valor nominal utilizando la criptomoneda Ethereum. Como expuse en la columna de la semana pasada, Ethereum es capaz de portar instrucciones, lo cual es utilizado para certificar la tenencia de un objeto.

La aplicación que se ha estado haciendo más popular, es la creación de arte digital que se pone a la venta e inclusive se subasta. Este concepto es algo difícil de comprender. ¿Por qué alguien compraría arte digital que puede ser copiada? Esta nueva tendencia ha explotado un valor intangible en donde el valor no es el de tener la obra de arte digital, sino ser el dueño y el haber promovido su creación. Este fenómeno siempre ha existido, pero no se había llevado al mundo virtual. De no haber existido, no podríamos hoy disfrutar de las grandiosas obras de arte de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina, ya que la obra se financió para ser de dominio público.

Son asombrosas algunas de las transacciones que se han dado bajo este esquema. Por 390 mil dólares se vendió en una subasta, que inició en 150 mil dólares, el video “Death of the Old”, del autor Grimes. Otro caso es la compra del video “Crossroad #1/1”, del autor Beeple, que inició con un valor de 66 mil dólares y su última venta se ejecutó en 6.6 millones de dólares por un comprador anónimo. Y una transacción difícil de concebir es la venta por 2.9 millones de dólares del primer tuit del cofundador de Twitter, Jack Dorsey. Una noticia que sorprendió al mundo fue la venta de una galería de arte digital de ballenas del autor Benyamin Ahmed, de 12 años, que logró colocar su colección por 290 mil euros.

La creación de nuevas plataformas para utilizar los NFT no tiene límite. Recientemente se ha creado el sitio web www.zed.run, en donde se llevan a cabo carreras de caballo virtuales en donde las transacciones se dan usando la criptomoneda de Ethereum. El usuario puede comprar caballos que son procreados por otros caballos virtuales. El administrador del sitio genera caballos de primera generación que dan origen a la población. Cada caballo tiene su ADN virtual que le da diversas características para poder competir en las diferentes carreras y su mezcla produce caballos diferentes. Conforme el caballo corre, su historia se va modificando y adicionalmente al recibir ingresos al ganar, su valor se va modificando.

Quizás el lector esté sumergido en lágrimas provocadas por la risa pensando que nadie compra esas cosas. El volumen de ventas de NFT en la primera mitad de 2020 fue de 13.7 millones de dólares. El volumen de ventas de NFT para la primera mitad del 2021 llegó a 2.5 mil millones de dólares. Sí, ¡un 18,148% de crecimiento! Con estas cifras la verdad no hay nada más que decir.


Una nueva tendencia en el uso de criptomonedas es lo relativo a tokens no fungibles, NFT por sus siglas en inglés. De acuerdo con la Real Academia Española, fungible es un adjetivo que indica que se consume con el uso. Entonces, ¿qué es un token que no se consume?

Espero no haber perdido muchos lectores en la introducción. Pero este término se aplica en el ámbito virtual de las criptomonedas como un bien único que no se puede reemplazar por algo más. A manera de ejemplo, un dólar se puede reemplazar con otro dólar, pero La Mona Lisa no se puede reemplazar con algo más, esta obra de arte es única.

Este concepto ha dado la entrada a la creación de bienes únicos virtuales que son intercambiados por un valor nominal utilizando la criptomoneda Ethereum. Como expuse en la columna de la semana pasada, Ethereum es capaz de portar instrucciones, lo cual es utilizado para certificar la tenencia de un objeto.

La aplicación que se ha estado haciendo más popular, es la creación de arte digital que se pone a la venta e inclusive se subasta. Este concepto es algo difícil de comprender. ¿Por qué alguien compraría arte digital que puede ser copiada? Esta nueva tendencia ha explotado un valor intangible en donde el valor no es el de tener la obra de arte digital, sino ser el dueño y el haber promovido su creación. Este fenómeno siempre ha existido, pero no se había llevado al mundo virtual. De no haber existido, no podríamos hoy disfrutar de las grandiosas obras de arte de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina, ya que la obra se financió para ser de dominio público.

Son asombrosas algunas de las transacciones que se han dado bajo este esquema. Por 390 mil dólares se vendió en una subasta, que inició en 150 mil dólares, el video “Death of the Old”, del autor Grimes. Otro caso es la compra del video “Crossroad #1/1”, del autor Beeple, que inició con un valor de 66 mil dólares y su última venta se ejecutó en 6.6 millones de dólares por un comprador anónimo. Y una transacción difícil de concebir es la venta por 2.9 millones de dólares del primer tuit del cofundador de Twitter, Jack Dorsey. Una noticia que sorprendió al mundo fue la venta de una galería de arte digital de ballenas del autor Benyamin Ahmed, de 12 años, que logró colocar su colección por 290 mil euros.

La creación de nuevas plataformas para utilizar los NFT no tiene límite. Recientemente se ha creado el sitio web www.zed.run, en donde se llevan a cabo carreras de caballo virtuales en donde las transacciones se dan usando la criptomoneda de Ethereum. El usuario puede comprar caballos que son procreados por otros caballos virtuales. El administrador del sitio genera caballos de primera generación que dan origen a la población. Cada caballo tiene su ADN virtual que le da diversas características para poder competir en las diferentes carreras y su mezcla produce caballos diferentes. Conforme el caballo corre, su historia se va modificando y adicionalmente al recibir ingresos al ganar, su valor se va modificando.

Quizás el lector esté sumergido en lágrimas provocadas por la risa pensando que nadie compra esas cosas. El volumen de ventas de NFT en la primera mitad de 2020 fue de 13.7 millones de dólares. El volumen de ventas de NFT para la primera mitad del 2021 llegó a 2.5 mil millones de dólares. Sí, ¡un 18,148% de crecimiento! Con estas cifras la verdad no hay nada más que decir.