/ miércoles 11 de diciembre de 2019

Sé lo que está haciendo

Para mí no tiene rostro, sin embargo su existencia está y se siente. Se manifiesta porque le damos la oportunidad y desde ahí se agarra para atraparnos con sus destructoras sugerencias.

Hay personas que le llaman el diablo y otras se refieren a él como el mal, la energía negativa, el lado oscuro, lo contrario a Dios, etc. Son muchos los nombres que se le dan, pero a fin de cuentas es el mismo, o lo mismo.

El mal se manifiesta cuando alguien le da entrada conscientemente, o desde un inconsciente cargado de sinsentidos culturales y o generacionales que arrastran por creencias separatistas de odio.

Se dice que el mal tiene que existir para nivelar los extremos, ni tan buenas son las personas, ni tan malas, simplemente hay dos energías que se manejan y se eligen desde los valores o antivalores que se adoptan. Libre albedrío, ¿qué voy a hacer de mi vida? ¿Qué elijo? ¿Por qué?

Se que el diablo esta entrometiéndote en mis asuntos, me dice, me aconseja, pero la voz que suena más fuerte es la de Dios, supera por mucho cualquier vanidad del maligno.

Satanás está celoso ante la magnífica obra de Dios y también obstinado en destruirla, creando ejércitos de seres humanos que le sirven por elección o por sometimiento a ideas.

La mente humana es su blanco principal, porque sabe que desde ahí puedes manipular la realidad que cada cual vive. Su fin es que la “inteligencia” del hombre lo lleve a la destrucción de sí mismo y su mundo, con ideas cargadas de individualismo, racismo, miedo, desconfianza, odio, envidia, ansiedad, pensamientos que tienen el poder de aniquilar al ser, aún y cuando se vea “vivo”.

La principal arma del señor de las tinieblas es hacer creer al ser humano que es un individuo separado de la unidad universal, un ser que con ciertas características es superior a los demás, o el otro extremo, que la persona crea que es menos porque le “falta” esto o aquello.

Todos somos seres valiosos que por las circunstancias que nos tocaron vivir somos como somos y estamos como estamos y sólo cada individuo por su voluntad propia puede integrarse al plan de Dios que no excluye a nadie y respeta a cada ser humano tal y como es.

No venimos a este mundo a cambiar a nadie, el cambio que podemos lograr es el propio, si es que lo decidimos.

Sé lo que está haciendo el diablo y aunque insista ya lo ubiqué perfectamente, llega disfrazado de muchas maneras, pero no me suelto de la mano de Dios.

Dios, tu presencia no es volátil, te veo en la magnificencia de la naturaleza, en la variedad de la humanidad, te veo en lo vivo, te siento en esa energía que no se ve, pero que es arrolladora. Ya no espero con ansia que te me aparezcas, estás y das todos los mensajes desde los y lo que me rodea. Gracias, muchas gracias por darme la vida, la aprecio más que nunca.


Vigilante: Revisa todos los productos que tienes en tu casa y oficina antes de comprar algo más. Aprovechando cada producto ayudamos a aligerar la carga contaminante del medio ambiente. Di no al exceso y a la compra innecesaria.




Para mí no tiene rostro, sin embargo su existencia está y se siente. Se manifiesta porque le damos la oportunidad y desde ahí se agarra para atraparnos con sus destructoras sugerencias.

Hay personas que le llaman el diablo y otras se refieren a él como el mal, la energía negativa, el lado oscuro, lo contrario a Dios, etc. Son muchos los nombres que se le dan, pero a fin de cuentas es el mismo, o lo mismo.

El mal se manifiesta cuando alguien le da entrada conscientemente, o desde un inconsciente cargado de sinsentidos culturales y o generacionales que arrastran por creencias separatistas de odio.

Se dice que el mal tiene que existir para nivelar los extremos, ni tan buenas son las personas, ni tan malas, simplemente hay dos energías que se manejan y se eligen desde los valores o antivalores que se adoptan. Libre albedrío, ¿qué voy a hacer de mi vida? ¿Qué elijo? ¿Por qué?

Se que el diablo esta entrometiéndote en mis asuntos, me dice, me aconseja, pero la voz que suena más fuerte es la de Dios, supera por mucho cualquier vanidad del maligno.

Satanás está celoso ante la magnífica obra de Dios y también obstinado en destruirla, creando ejércitos de seres humanos que le sirven por elección o por sometimiento a ideas.

La mente humana es su blanco principal, porque sabe que desde ahí puedes manipular la realidad que cada cual vive. Su fin es que la “inteligencia” del hombre lo lleve a la destrucción de sí mismo y su mundo, con ideas cargadas de individualismo, racismo, miedo, desconfianza, odio, envidia, ansiedad, pensamientos que tienen el poder de aniquilar al ser, aún y cuando se vea “vivo”.

La principal arma del señor de las tinieblas es hacer creer al ser humano que es un individuo separado de la unidad universal, un ser que con ciertas características es superior a los demás, o el otro extremo, que la persona crea que es menos porque le “falta” esto o aquello.

Todos somos seres valiosos que por las circunstancias que nos tocaron vivir somos como somos y estamos como estamos y sólo cada individuo por su voluntad propia puede integrarse al plan de Dios que no excluye a nadie y respeta a cada ser humano tal y como es.

No venimos a este mundo a cambiar a nadie, el cambio que podemos lograr es el propio, si es que lo decidimos.

Sé lo que está haciendo el diablo y aunque insista ya lo ubiqué perfectamente, llega disfrazado de muchas maneras, pero no me suelto de la mano de Dios.

Dios, tu presencia no es volátil, te veo en la magnificencia de la naturaleza, en la variedad de la humanidad, te veo en lo vivo, te siento en esa energía que no se ve, pero que es arrolladora. Ya no espero con ansia que te me aparezcas, estás y das todos los mensajes desde los y lo que me rodea. Gracias, muchas gracias por darme la vida, la aprecio más que nunca.


Vigilante: Revisa todos los productos que tienes en tu casa y oficina antes de comprar algo más. Aprovechando cada producto ayudamos a aligerar la carga contaminante del medio ambiente. Di no al exceso y a la compra innecesaria.