/ domingo 10 de enero de 2021

¡Terrorismo doméstico!


Una “turba” desenfrenada asaltó el Capitolio

Biden afronta el reto de la reconciliación


Uno de los días más oscuros en la historia democrática de los Estados Unidos fue el que se registró el pasado miércoles 6 de enero, durante el asalto al Capitolio, lo que dejó conmocionado al mundo entero.

Joe Biden fue reconocido formalmente como el próximo presidente, poniendo fin a dos meses de desafíos fallidos de los “trumpistas”. La victoria se amarró luego de que los miembros de la cámara y el senado rechazaran una ronda final de objeciones al resultado de las elecciones del 3 de noviembre.

Ahora, el demócrata está obligado a lograr la reconciliación en su país, ante la constante amenaza de grupos extremistas y por supuesto de un político en desgracia, Donald Trump, que aún no reconoce su derrota.

Los republicanos constituyen una importante fuerza de oposición, pues casi el 50 por ciento de los votantes no son afines a Biden. Además, de acuerdo a una encuesta de YouGov, el 45% aprobó el asalto al Capitolio, frente al 43% que lo rechazó.

La confirmación de que los demócratas tendrían el control del Senado, luego del triunfo en la segunda vuelta de las elecciones en Georgia del pasado martes 5 de enero, aunado a un discurso previo de Trump en Washington, se ejecutó el asalto al congreso, uno de los lugares más custodiados en los Estados Unidos. La fuerza policiaca se vio disminuida

El mundo presenció con incredulidad (dificultad en creer) las terribles escenas en el edificio que alberga ambas cámaras legislativas, presentándose fuerte deterioro a la democracia en una nación que se ha visto maltratada durante cuatro años por un presidente populista y rijoso, además de enfrentar mal la peor crisis sanitaria en su historia moderna a causa de la pandemia. Es el país con más muertes y contagios en el mundo.

Debido a los actos violentos que dejaron cuatro muertos y 50 detenidos (que pretendía detener la certificación de los votos del Colegio Electoral) los legisladores demócratas pidieron al vicepresidente Mike Pence que invoque la 25ª Enmienda de la Constitución, una norma que permite remover del poder al presidente y transferirlo al vicepresidente. Esto sigue en el aire.

Facebook e Instagram suspendieron indefinidamente las cuentas de Trump, por disposición de su fundador Mark Zuckerberg. Por su parte Twitter había eliminado tuits y videos del presidente, por considerar que contribuye más a aumentar la violencia que a disminuirla.

El FBI ha podido identificar a varios de los asaltantes del Capitolio, integrantes de los Proud Boys a QAnon, seguidores de la llamada derecha alternativa y el movimiento supremacista. Los revoltosos, muchos de ellos disfrazados (como Jake Angeli o Yelloestone Wolf, que se vistió de bisonte) han anunciado por internet que el espectáculo del miércoles no será el primero, ni tampoco el último. Esto apenas empieza, por ello la urgencia de la reconciliación.

Hay quienes aseguran que el asalto al Capitolio en EU fue un intento de golpe de Estado, pero más bien es una “insurrección” de simpatizantes “trumpistas” derivada de una inconformidad electoral, similar a la que sufren de forma constante muchas democracias frágiles, como ocurre en Venezuela, Bolivia o Nicaragua.

En pocos días (a partir del 20 de enero) Joe Biden habrá de jurar como presidente de los Estados Unidos y defender la Constitución en medio de una gran crisis de salud, económica y de un conflicto que él mismo calificó como la “insurrección” de los partidarios de Trump.

Dijo además: “Es una turba desenfrenada compuesta por terroristas domésticos”. El reto es enorme para quien gobernará los destinos del país más poderoso de la tierra.

Nos pueden seguir: palabrapropia@hotmail.com Twitter@palabrapropia

Antena Radio 102.5 FM de lunes a viernes de cinco a seis de la tarde.



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Uno de los días más oscuros en la historia democrática de los Estados Unidos fue el que se registró el pasado miércoles 6 de enero, durante el asalto al Capitolio, lo que dejó conmocionado al mundo entero.

Joe Biden fue reconocido formalmente como el próximo presidente, poniendo fin a dos meses de desafíos fallidos de los “trumpistas”. La victoria se amarró luego de que los miembros de la cámara y el senado rechazaran una ronda final de objeciones al resultado de las elecciones del 3 de noviembre.

Ahora, el demócrata está obligado a lograr la reconciliación en su país, ante la constante amenaza de grupos extremistas y por supuesto de un político en desgracia, Donald Trump, que aún no reconoce su derrota.

Los republicanos constituyen una importante fuerza de oposición, pues casi el 50 por ciento de los votantes no son afines a Biden. Además, de acuerdo a una encuesta de YouGov, el 45% aprobó el asalto al Capitolio, frente al 43% que lo rechazó.

La confirmación de que los demócratas tendrían el control del Senado, luego del triunfo en la segunda vuelta de las elecciones en Georgia del pasado martes 5 de enero, aunado a un discurso previo de Trump en Washington, se ejecutó el asalto al congreso, uno de los lugares más custodiados en los Estados Unidos. La fuerza policiaca se vio disminuida

El mundo presenció con incredulidad (dificultad en creer) las terribles escenas en el edificio que alberga ambas cámaras legislativas, presentándose fuerte deterioro a la democracia en una nación que se ha visto maltratada durante cuatro años por un presidente populista y rijoso, además de enfrentar mal la peor crisis sanitaria en su historia moderna a causa de la pandemia. Es el país con más muertes y contagios en el mundo.

Debido a los actos violentos que dejaron cuatro muertos y 50 detenidos (que pretendía detener la certificación de los votos del Colegio Electoral) los legisladores demócratas pidieron al vicepresidente Mike Pence que invoque la 25ª Enmienda de la Constitución, una norma que permite remover del poder al presidente y transferirlo al vicepresidente. Esto sigue en el aire.

Facebook e Instagram suspendieron indefinidamente las cuentas de Trump, por disposición de su fundador Mark Zuckerberg. Por su parte Twitter había eliminado tuits y videos del presidente, por considerar que contribuye más a aumentar la violencia que a disminuirla.

El FBI ha podido identificar a varios de los asaltantes del Capitolio, integrantes de los Proud Boys a QAnon, seguidores de la llamada derecha alternativa y el movimiento supremacista. Los revoltosos, muchos de ellos disfrazados (como Jake Angeli o Yelloestone Wolf, que se vistió de bisonte) han anunciado por internet que el espectáculo del miércoles no será el primero, ni tampoco el último. Esto apenas empieza, por ello la urgencia de la reconciliación.

Hay quienes aseguran que el asalto al Capitolio en EU fue un intento de golpe de Estado, pero más bien es una “insurrección” de simpatizantes “trumpistas” derivada de una inconformidad electoral, similar a la que sufren de forma constante muchas democracias frágiles, como ocurre en Venezuela, Bolivia o Nicaragua.

En pocos días (a partir del 20 de enero) Joe Biden habrá de jurar como presidente de los Estados Unidos y defender la Constitución en medio de una gran crisis de salud, económica y de un conflicto que él mismo calificó como la “insurrección” de los partidarios de Trump.

Dijo además: “Es una turba desenfrenada compuesta por terroristas domésticos”. El reto es enorme para quien gobernará los destinos del país más poderoso de la tierra.

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