/ viernes 26 de noviembre de 2021

Tienes un alcohólico

Me parece que el alcoholismo es un vicio que daña mucho a las familias. Pero el bebedor no puede dejar de tomar. Se las arregla para emborracharse. Es la vergüenza de la familia. Caen en el alcoholismo: un padre de familia, una madre; un hijo o una hija, un sobrino o sobrina, un nieto o una nieta, un vecino y hasta un sacerdote. Un borracho estorbo siempre.

En una familia sin padre, había un hermano que tomaba sin control; trabajaba como obrero. Al hermano mayor le llamaron por teléfono para decirle que su hermano había sido atropellado. Andaba tomado. Se atravesó al carro. El hermano mayor perdonó al que iba manejando cundo sucedió el accidente. Murió por borracho. Dejaba una esposa viuda, y tres hijos menores. En el velatorio por la boca le salían las cervezas en un reflujo de espumas.

En una familia de varios hermanos, dos de ellos habían caído en la bebida, un hijo y una hija. Estaban decididos a dejar el vicio. Se internaron en una clínica. Parecía que habían superado la bebida, pero no fue así. Los dos murieron. De los dos uno era casado y con hijos. La otra era soltera. No superaron el alcoholismo. El papá podía pagar los tratamientos.

A un papá le avergonzaba tener un hijo borracho en la familia. Un día el hijo fue detenido por la policía. Le avisaron a su teléfono. El papá no quiso tomar la llamada. Y profirió: - Que se muera en la cárcel, pero yo no hago nada por él.

Tuve un vecino de la edad de mi padre. Tomaba mucho. Una noche arrojó a la calle los trastos recién comprados por la esposa. Era un borracho consuetudinario. Nunca andaba sobrio.

Las historias son muchas. Abunda el alcoholismo. A lo mejor en tu familia tienes una historia vergonzosa. El alcohólico no acepta internarse para una rehabilitación. Los jóvenes son fáciles de ser atrapados por la bebida. El alcohólico necesita una atención especial. El bebedor debe aceptar llevar el control del vicio. El vicioso debe comer para superar su debilidad. Si se quedó dormido en el piso, haz el esfuerzo de levantarlo y acostarlo en la cama. Tú que tienes el problema, sé paciente, muestra bondad, se cortés. Dale ánimos. Lo que tienes que lograr es que el vicioso, la viciosa, quiera recuperarse. Has de hacer el esfuerzo para los gastos. A veces con el auxilio de la religión se logra que el alcohólico acepte cambiar. Ayúdale a sacar fuerzas de la Biblia. Algunas citas de la Biblia le pueden ayudar. No impongas la lectura de la Biblia. Debe aceptar leer voluntariamente. Estas citas le pueden ayudar a aceptar luchar por superar la bebida: Gál 5,22-23; Lc 11,9-10; Mc 11,24-26; Pro 20,1; Sal 103,3-4; Col 3,13; Filp 4,6.

Ora mucho, por ti y por tu borracho. No te canses de rezar. Ya lo has pedido mucho y no ha sucedido el milagro, a lo mejor te falta la última petición. El rosario ha rehabilitado a muchos viciosos. Reza muchos rosarios. Dios te ayudará.



Me parece que el alcoholismo es un vicio que daña mucho a las familias. Pero el bebedor no puede dejar de tomar. Se las arregla para emborracharse. Es la vergüenza de la familia. Caen en el alcoholismo: un padre de familia, una madre; un hijo o una hija, un sobrino o sobrina, un nieto o una nieta, un vecino y hasta un sacerdote. Un borracho estorbo siempre.

En una familia sin padre, había un hermano que tomaba sin control; trabajaba como obrero. Al hermano mayor le llamaron por teléfono para decirle que su hermano había sido atropellado. Andaba tomado. Se atravesó al carro. El hermano mayor perdonó al que iba manejando cundo sucedió el accidente. Murió por borracho. Dejaba una esposa viuda, y tres hijos menores. En el velatorio por la boca le salían las cervezas en un reflujo de espumas.

En una familia de varios hermanos, dos de ellos habían caído en la bebida, un hijo y una hija. Estaban decididos a dejar el vicio. Se internaron en una clínica. Parecía que habían superado la bebida, pero no fue así. Los dos murieron. De los dos uno era casado y con hijos. La otra era soltera. No superaron el alcoholismo. El papá podía pagar los tratamientos.

A un papá le avergonzaba tener un hijo borracho en la familia. Un día el hijo fue detenido por la policía. Le avisaron a su teléfono. El papá no quiso tomar la llamada. Y profirió: - Que se muera en la cárcel, pero yo no hago nada por él.

Tuve un vecino de la edad de mi padre. Tomaba mucho. Una noche arrojó a la calle los trastos recién comprados por la esposa. Era un borracho consuetudinario. Nunca andaba sobrio.

Las historias son muchas. Abunda el alcoholismo. A lo mejor en tu familia tienes una historia vergonzosa. El alcohólico no acepta internarse para una rehabilitación. Los jóvenes son fáciles de ser atrapados por la bebida. El alcohólico necesita una atención especial. El bebedor debe aceptar llevar el control del vicio. El vicioso debe comer para superar su debilidad. Si se quedó dormido en el piso, haz el esfuerzo de levantarlo y acostarlo en la cama. Tú que tienes el problema, sé paciente, muestra bondad, se cortés. Dale ánimos. Lo que tienes que lograr es que el vicioso, la viciosa, quiera recuperarse. Has de hacer el esfuerzo para los gastos. A veces con el auxilio de la religión se logra que el alcohólico acepte cambiar. Ayúdale a sacar fuerzas de la Biblia. Algunas citas de la Biblia le pueden ayudar. No impongas la lectura de la Biblia. Debe aceptar leer voluntariamente. Estas citas le pueden ayudar a aceptar luchar por superar la bebida: Gál 5,22-23; Lc 11,9-10; Mc 11,24-26; Pro 20,1; Sal 103,3-4; Col 3,13; Filp 4,6.

Ora mucho, por ti y por tu borracho. No te canses de rezar. Ya lo has pedido mucho y no ha sucedido el milagro, a lo mejor te falta la última petición. El rosario ha rehabilitado a muchos viciosos. Reza muchos rosarios. Dios te ayudará.