/ miércoles 1 de abril de 2020

Un nuevo orden mundial

Las últimas dos semanas estando en cuarentena y siguiendo día a día los avances y noticias de la pandemia, vemos los cambios a nivel global y resaltamos como el proceso de crecimiento en el impacto del virus en cada uno de los países ha establecido políticas y estrategias propias de cada región.

El cierre de fronteras, el acelerado proceso de desarrollo tecnológico en vías de reaccionar a necesidades de capacidad, las medidas de confinamiento de la sociedad, el espíritu egoísta etnocentrico de ciertos “lideres”, la disponibilidad de cooperación de países, la respuesta de la sociedad ante “lideres” ineptos y sin capacidad de liderar en épocas de crisis, la falta de materiales y recursos de cierto tipo, el acelerado uso de la tecnología para sobrevivir, son algunos de los factores que, definitivamente darán las pautas para un nuevo orden mundial. Estamos frente a un punto de inflexión donde se vive los límites de la globalización y donde cada país, cada región define sus reglas de funcionamiento interno.

La tendencia a “depender” de otros da revés, y se convierte en una estrategia de países, sobre todo los desarrollados por construir capacidades propias y se viene una nueva era de globalización, con los impactos que esta conlleva. El impacto económico en todos los países y en la gran mayoría de las industrias nos obliga a repensar los modelos que estamos utilizando actualmente.

En nuestro país, dejó claro la bipolaridad del gobierno (ahora no, ahora si, ahora quien sabe) en enfrentar situaciones críticas, la sociedad reaccionando y anticipándose sin esperar liderazgos de personajes del ejecutivo. Una falta de visión y coordinación a nivel país y sus regiones. Nuevamente surge “cada uno que se rasque con sus uñas”, algunos toman medidas, otros no.

Algunos son supuestos “líderes” escépticos y a veces hasta ignorantes, propiciando, con su ejemplo, una incertidumbre entre la población y con esto reacciones diversas. La falta de estrategias de contención para aminorar el desastre económico como, cierre de muchas empresas, falta de medidas fiscales, apoyos “verdaderos” para mantener a flote principalmente los micros y pequeños negocios, son una deficiencia de estrategias económicas ante los retos próximos.

Ante este panorama, poco a poco las organizaciones empresariales inician con timidez medidas de apoyo a sus agremiados. Esto pone en perspectiva el rol de las organizaciones ante situaciones de crisis, una nueva forma de actual se debe de ir definiendo. El uso sin precedente y acelerado de la tecnología en las empresas está presionando a estas a entrar en la era digital.

Finalmente están entendiendo que no hay marcha atrás, al igual que modelos de negocio diferentes, relaciones de cadena diferentes, ciclos y finanzas diferentes. Como ejemplo el uso acelerado de la videoconferencia en muchos de los sectores está dando pie a una nueva era.

Probablemente uno de los mayores impactos sea en los hábitos de las personas, al estar confinados y trabajar desde casa, da una perspectiva diferente desde los puntos de vista de cada miembro de la familia. Muchos trabajos, nos dimos cuenta de que pueden ser realizados a distancia con el uso de la tecnología.

Definitivamente esto traerá cambios en las empresas y organizaciones, espacios, recursos, nuevos perfiles, toma de decisiones, optimización de reuniones, alcance y cobertura, etc. Pero el más importante es el cambio de mentalidad en la convivencia con los seres que nos rodean, el entendimiento y una nueva forma de convivencia familiar. Nos enfrentamos a un nuevo orden mundial, te invito a reflexionar y construirlo poniendo al humano en el centro.


Las últimas dos semanas estando en cuarentena y siguiendo día a día los avances y noticias de la pandemia, vemos los cambios a nivel global y resaltamos como el proceso de crecimiento en el impacto del virus en cada uno de los países ha establecido políticas y estrategias propias de cada región.

El cierre de fronteras, el acelerado proceso de desarrollo tecnológico en vías de reaccionar a necesidades de capacidad, las medidas de confinamiento de la sociedad, el espíritu egoísta etnocentrico de ciertos “lideres”, la disponibilidad de cooperación de países, la respuesta de la sociedad ante “lideres” ineptos y sin capacidad de liderar en épocas de crisis, la falta de materiales y recursos de cierto tipo, el acelerado uso de la tecnología para sobrevivir, son algunos de los factores que, definitivamente darán las pautas para un nuevo orden mundial. Estamos frente a un punto de inflexión donde se vive los límites de la globalización y donde cada país, cada región define sus reglas de funcionamiento interno.

La tendencia a “depender” de otros da revés, y se convierte en una estrategia de países, sobre todo los desarrollados por construir capacidades propias y se viene una nueva era de globalización, con los impactos que esta conlleva. El impacto económico en todos los países y en la gran mayoría de las industrias nos obliga a repensar los modelos que estamos utilizando actualmente.

En nuestro país, dejó claro la bipolaridad del gobierno (ahora no, ahora si, ahora quien sabe) en enfrentar situaciones críticas, la sociedad reaccionando y anticipándose sin esperar liderazgos de personajes del ejecutivo. Una falta de visión y coordinación a nivel país y sus regiones. Nuevamente surge “cada uno que se rasque con sus uñas”, algunos toman medidas, otros no.

Algunos son supuestos “líderes” escépticos y a veces hasta ignorantes, propiciando, con su ejemplo, una incertidumbre entre la población y con esto reacciones diversas. La falta de estrategias de contención para aminorar el desastre económico como, cierre de muchas empresas, falta de medidas fiscales, apoyos “verdaderos” para mantener a flote principalmente los micros y pequeños negocios, son una deficiencia de estrategias económicas ante los retos próximos.

Ante este panorama, poco a poco las organizaciones empresariales inician con timidez medidas de apoyo a sus agremiados. Esto pone en perspectiva el rol de las organizaciones ante situaciones de crisis, una nueva forma de actual se debe de ir definiendo. El uso sin precedente y acelerado de la tecnología en las empresas está presionando a estas a entrar en la era digital.

Finalmente están entendiendo que no hay marcha atrás, al igual que modelos de negocio diferentes, relaciones de cadena diferentes, ciclos y finanzas diferentes. Como ejemplo el uso acelerado de la videoconferencia en muchos de los sectores está dando pie a una nueva era.

Probablemente uno de los mayores impactos sea en los hábitos de las personas, al estar confinados y trabajar desde casa, da una perspectiva diferente desde los puntos de vista de cada miembro de la familia. Muchos trabajos, nos dimos cuenta de que pueden ser realizados a distancia con el uso de la tecnología.

Definitivamente esto traerá cambios en las empresas y organizaciones, espacios, recursos, nuevos perfiles, toma de decisiones, optimización de reuniones, alcance y cobertura, etc. Pero el más importante es el cambio de mentalidad en la convivencia con los seres que nos rodean, el entendimiento y una nueva forma de convivencia familiar. Nos enfrentamos a un nuevo orden mundial, te invito a reflexionar y construirlo poniendo al humano en el centro.


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