/ martes 13 de febrero de 2018

Una caravana con mucho éxito

El sábado de la semana pasada, un día antes de que la Caravana por la Dignidad entrara a la Ciudad de México, encontrándose en Cuernavaca, Morelos, el gobernador Javier Corral fue llamado por el secretario de Gobernación, Navarrete Prida, para que llegaran a acuerdos, tal y como le sucedió a Hernán Cortés, en la época de la Conquista, antes de entrar a la gran Tenochtitlan, capital del imperio mexica.

Un ejemplo para el país, cuando se toman decisiones con los pantalones bien puestos, pero sobre todo porque le asistía la razón y la justicia. El movimiento había ido tomando fuerza a lo largo de sus 5 mil kilómetros recorridos, donde salvo en Gómez Palacio, Durango, que les enviaron porros del PRI para impedir que llegaran, pero al día siguiente en la vecina ciudad de Torreón fueron recibidos por el alcalde panista Jorge Zermeño, en todo el resto de la ruta fueron muy bien recibidos.

El gobierno federal estaba obligado a llegar a acuerdos antes de su entrada a la capital del país. Prácticamente todo lo que se pedía se logró. Por un lado, que nos envíen los 900 millones que no nos entregaron al final del año pasado, aunque la semana pasada no los enviaron como era el compromiso, a la mejor andan cortos en el flujo de caja chica o no encontraron algún Oxxo abierto, porque la cantidad para el gobierno federal es insignificante. Esperemos que esta semana llegue.

En cuanto a apresar y la extradición del exgobernador César Duarte, se comprometieron a incluir los once motivos del mismo número de órdenes de aprehensión, en lugar de tres como ofrecieron al arranque de la caravana, con la esperanza que sólo se le juzgara por tres causas, quizá las más leves para poderlo dejar libre bajo fianza.

Alejandro Gutiérrez y Gutiérrez, empresario muy conocido en Saltillo, Coahuila, quien recibió 250 millones que habían sido sacados ilegalmente del Gobierno del Estado y enviados al PRI nacional, donde éste  era el secretario general adjunto, siendo Manlio Fabio Beltrones el presidente, para gastarse en las campañas electorales de 2015 y del 16, será movido a un penal federal, donde estará cuidado por la Federación para que no lo vayan a torturar como se quejó el preso, pero la Comisión de Derechos Humanos declaró que no era cierto, sin embargo, estará bajo la tutela de un juez local.

Una caravana con mucho éxito.

El sábado de la semana pasada, un día antes de que la Caravana por la Dignidad entrara a la Ciudad de México, encontrándose en Cuernavaca, Morelos, el gobernador Javier Corral fue llamado por el secretario de Gobernación, Navarrete Prida, para que llegaran a acuerdos, tal y como le sucedió a Hernán Cortés, en la época de la Conquista, antes de entrar a la gran Tenochtitlan, capital del imperio mexica.

Un ejemplo para el país, cuando se toman decisiones con los pantalones bien puestos, pero sobre todo porque le asistía la razón y la justicia. El movimiento había ido tomando fuerza a lo largo de sus 5 mil kilómetros recorridos, donde salvo en Gómez Palacio, Durango, que les enviaron porros del PRI para impedir que llegaran, pero al día siguiente en la vecina ciudad de Torreón fueron recibidos por el alcalde panista Jorge Zermeño, en todo el resto de la ruta fueron muy bien recibidos.

El gobierno federal estaba obligado a llegar a acuerdos antes de su entrada a la capital del país. Prácticamente todo lo que se pedía se logró. Por un lado, que nos envíen los 900 millones que no nos entregaron al final del año pasado, aunque la semana pasada no los enviaron como era el compromiso, a la mejor andan cortos en el flujo de caja chica o no encontraron algún Oxxo abierto, porque la cantidad para el gobierno federal es insignificante. Esperemos que esta semana llegue.

En cuanto a apresar y la extradición del exgobernador César Duarte, se comprometieron a incluir los once motivos del mismo número de órdenes de aprehensión, en lugar de tres como ofrecieron al arranque de la caravana, con la esperanza que sólo se le juzgara por tres causas, quizá las más leves para poderlo dejar libre bajo fianza.

Alejandro Gutiérrez y Gutiérrez, empresario muy conocido en Saltillo, Coahuila, quien recibió 250 millones que habían sido sacados ilegalmente del Gobierno del Estado y enviados al PRI nacional, donde éste  era el secretario general adjunto, siendo Manlio Fabio Beltrones el presidente, para gastarse en las campañas electorales de 2015 y del 16, será movido a un penal federal, donde estará cuidado por la Federación para que no lo vayan a torturar como se quejó el preso, pero la Comisión de Derechos Humanos declaró que no era cierto, sin embargo, estará bajo la tutela de un juez local.

Una caravana con mucho éxito.