/ jueves 8 de febrero de 2018

Y después de todo, ¿qué sigue?

Chihuahua, Durango, Coahuila, Nuevo León, Zacatecas, Aguascalientes, San Luis Potosí, Guanajuato, Nayarit, Jalisco, Michoacán, Morelos y Ciudad de México… no, estimado lector, no son mis vacaciones, es la caravana del gobernador Corral, es decir, 15 días de campaña pagadas con el erario público. ¿Qué sigue?

Después de quince días hasta se olvidó el nombre de la caravana, porque la dignidad se obvió a la hora de negociar. Eso que pudo haber arreglado en un viaje, un solo viaje él y quizá parte de su gabinete a la Ciudad de México y a lo más, dos o tres días, pues no, no quiso. Había que cruzar trece estados de la república, con decenas de funcionarios que deberían estar en sus despachos, con recursos que tanta falta hacen en Chihuahua.

La inconsistencia en la distribución de los recursos públicos a entidades federativas a través de los fondos de desarrollo regional del Ramo 23 quedó saldada con la promesa de que siempre sí, que siempre sí le tocan… ah, ¿pero y la erradicación del uso discrecional de los recursos por parte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), uno de los dos objetivos principales de la citada caravana? Ah, eso ya no importa.

Lo que procedía siempre estuvo claro: controversia ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), única instancia que podría tomar el caso. Pero no, en vez de eso, caravana. La persecución en contra del mal uso de los recursos y una lucha por la transparencia se le quedaron al gobernador en Ciudad Juárez, al inicio justo de la caravana.

Concretar la captura del exgobernador César Duarte, rezaba el otro gran objetivo de la caravana. Eso lo “resolvieron” prometiendo que se llevarán a cabo las solicitudes de extradición. Es decir, nada que no hubieran dicho con anterioridad, y tampoco ciertamente, con nada que garantice el cumplimiento de lo dicho.

Cada cuál negoció lo que a sus intereses convenía, dejando atrás la legalidad y la supuesta convicción de las motivaciones del gobernador, pues quedará para el futuro la sombra en la que se reparten los recursos públicos, y para el siguiente año presupuestal habrá estados sin recibir los citados recursos pues no habrá controversia y por tanto, nada que resolver.

Respecto a la captura del exgobernador, después de todas las demostraciones de inacción o retraso por parte de las autoridades federales de las que se ha quejado el gobernador Corral, ¿en serio les cree ahora? Insisto: Cada cuál negoció lo suyo, como el juego de villanos en el cual cada jugador “gana” su mano y todo queda ahí.

Y así llegamos al Informe de Gobierno, en el que, obviamente,  nada hay por informar.

 

lilia.aguilargil.2015@gmail.com

Chihuahua, Durango, Coahuila, Nuevo León, Zacatecas, Aguascalientes, San Luis Potosí, Guanajuato, Nayarit, Jalisco, Michoacán, Morelos y Ciudad de México… no, estimado lector, no son mis vacaciones, es la caravana del gobernador Corral, es decir, 15 días de campaña pagadas con el erario público. ¿Qué sigue?

Después de quince días hasta se olvidó el nombre de la caravana, porque la dignidad se obvió a la hora de negociar. Eso que pudo haber arreglado en un viaje, un solo viaje él y quizá parte de su gabinete a la Ciudad de México y a lo más, dos o tres días, pues no, no quiso. Había que cruzar trece estados de la república, con decenas de funcionarios que deberían estar en sus despachos, con recursos que tanta falta hacen en Chihuahua.

La inconsistencia en la distribución de los recursos públicos a entidades federativas a través de los fondos de desarrollo regional del Ramo 23 quedó saldada con la promesa de que siempre sí, que siempre sí le tocan… ah, ¿pero y la erradicación del uso discrecional de los recursos por parte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), uno de los dos objetivos principales de la citada caravana? Ah, eso ya no importa.

Lo que procedía siempre estuvo claro: controversia ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), única instancia que podría tomar el caso. Pero no, en vez de eso, caravana. La persecución en contra del mal uso de los recursos y una lucha por la transparencia se le quedaron al gobernador en Ciudad Juárez, al inicio justo de la caravana.

Concretar la captura del exgobernador César Duarte, rezaba el otro gran objetivo de la caravana. Eso lo “resolvieron” prometiendo que se llevarán a cabo las solicitudes de extradición. Es decir, nada que no hubieran dicho con anterioridad, y tampoco ciertamente, con nada que garantice el cumplimiento de lo dicho.

Cada cuál negoció lo que a sus intereses convenía, dejando atrás la legalidad y la supuesta convicción de las motivaciones del gobernador, pues quedará para el futuro la sombra en la que se reparten los recursos públicos, y para el siguiente año presupuestal habrá estados sin recibir los citados recursos pues no habrá controversia y por tanto, nada que resolver.

Respecto a la captura del exgobernador, después de todas las demostraciones de inacción o retraso por parte de las autoridades federales de las que se ha quejado el gobernador Corral, ¿en serio les cree ahora? Insisto: Cada cuál negoció lo suyo, como el juego de villanos en el cual cada jugador “gana” su mano y todo queda ahí.

Y así llegamos al Informe de Gobierno, en el que, obviamente,  nada hay por informar.

 

lilia.aguilargil.2015@gmail.com