/ viernes 19 de enero de 2024

Antes que se nos olvide | Manejar no es un juego

En los últimos años el tráfico vehicular en nuestra ciudad ha tenido un incremento excesivo. En las horas pico, se forma una maraña de vehículos, de la cual es complicado salir y si hay un accidente, tantito peor, para rematar, los agentes de Vialidad brillan por su ausencia, he sido testigo que, si algún semáforo descompuesto está causando un caos, pasan unidades de Vialidad, pero no se detienen a tratar de solucionar el problema.

Por si fuera poco, el decreto de legalización de autos “chuecos”, incrementó el padrón vehicular y por ende más conflictos viales. Un automóvil económico, es buena opción para la movilidad de los ciudadanos, ya que las autoridades no otorgan un transporte público eficiente, pero muchos de esos carros legalizados, están en malas condiciones, generando un problema más, mayor contaminación, además que un porcentaje no cuenta con seguro de daños a terceros.

Es común observar a gente que conduce muy mal, quizá les falla la vista, pues van invadiendo carriles o frenan de manera intempestiva. Las autoridades deben exigir a quien solicita un licencia por primera vez, un examen teórico y práctico donde pongan a prueba realmente sus habilidades, así mismo, el examen médico que realizan es sólo por cumplir el requisito, el doctor que atiende esta peor que uno del IMSS, un tanto desganado, hace preguntas básicas de salubridad, luego lo pasa a que vea una tabla optométrica durante unos segundos y listo.

Claro, todos sabemos que manejar conlleva una enorme responsabilidad, pero a muchos se les olvida que están manipulando un artefacto de varias toneladas y cualquier descuido por mínimo que sea, puede ocasionar un accidente mortal. Actualmente, muchas personas ponen en riesgo su vida y la de los demás, pues mientras conducen van embobados en su teléfono celular. O hay otros, que se sienten la versión chihuahuense del Checo Pérez y creen tener un manejo superior al de los demás, se van pegaditos a los que conducen a una velocidad moderada, como diciendo “quítate de mi camino”, por supuesto, hay gente que conduce demasiado lento, pero he ido en el periférico de la Juventud a poco más de 70 km/hr, que se supone es la velocidad máxima y casi siempre viene alguien presionando, en cuanto tienen el carril libre, suben velocidad al menos a 120 km/hr, pero por andar de “sobraditos”, pueden ocasionar incidentes graves.

No debemos exceder los límites de velocidad y toda nuestra atención la debe tener el camino o avenida por donde se transita, claro, eso cualquiera lo sabe, pero muchos, van totalmente distraídos, actúan como si estuvieran en la feria, jugando a los carritos chocones. Hace unos días, en plena “hora pico”, ocurrió un lamentable accidente, donde una joven mujer que trató de cruzar la calle murió atropellada en la avenida Tecnológico, se dice que fue arrollada en dos ocasiones.

Si no está dispuesto a tomar la responsabilidad que implica conducir, mejor no lo haga, manejar no es un juego.


En los últimos años el tráfico vehicular en nuestra ciudad ha tenido un incremento excesivo. En las horas pico, se forma una maraña de vehículos, de la cual es complicado salir y si hay un accidente, tantito peor, para rematar, los agentes de Vialidad brillan por su ausencia, he sido testigo que, si algún semáforo descompuesto está causando un caos, pasan unidades de Vialidad, pero no se detienen a tratar de solucionar el problema.

Por si fuera poco, el decreto de legalización de autos “chuecos”, incrementó el padrón vehicular y por ende más conflictos viales. Un automóvil económico, es buena opción para la movilidad de los ciudadanos, ya que las autoridades no otorgan un transporte público eficiente, pero muchos de esos carros legalizados, están en malas condiciones, generando un problema más, mayor contaminación, además que un porcentaje no cuenta con seguro de daños a terceros.

Es común observar a gente que conduce muy mal, quizá les falla la vista, pues van invadiendo carriles o frenan de manera intempestiva. Las autoridades deben exigir a quien solicita un licencia por primera vez, un examen teórico y práctico donde pongan a prueba realmente sus habilidades, así mismo, el examen médico que realizan es sólo por cumplir el requisito, el doctor que atiende esta peor que uno del IMSS, un tanto desganado, hace preguntas básicas de salubridad, luego lo pasa a que vea una tabla optométrica durante unos segundos y listo.

Claro, todos sabemos que manejar conlleva una enorme responsabilidad, pero a muchos se les olvida que están manipulando un artefacto de varias toneladas y cualquier descuido por mínimo que sea, puede ocasionar un accidente mortal. Actualmente, muchas personas ponen en riesgo su vida y la de los demás, pues mientras conducen van embobados en su teléfono celular. O hay otros, que se sienten la versión chihuahuense del Checo Pérez y creen tener un manejo superior al de los demás, se van pegaditos a los que conducen a una velocidad moderada, como diciendo “quítate de mi camino”, por supuesto, hay gente que conduce demasiado lento, pero he ido en el periférico de la Juventud a poco más de 70 km/hr, que se supone es la velocidad máxima y casi siempre viene alguien presionando, en cuanto tienen el carril libre, suben velocidad al menos a 120 km/hr, pero por andar de “sobraditos”, pueden ocasionar incidentes graves.

No debemos exceder los límites de velocidad y toda nuestra atención la debe tener el camino o avenida por donde se transita, claro, eso cualquiera lo sabe, pero muchos, van totalmente distraídos, actúan como si estuvieran en la feria, jugando a los carritos chocones. Hace unos días, en plena “hora pico”, ocurrió un lamentable accidente, donde una joven mujer que trató de cruzar la calle murió atropellada en la avenida Tecnológico, se dice que fue arrollada en dos ocasiones.

Si no está dispuesto a tomar la responsabilidad que implica conducir, mejor no lo haga, manejar no es un juego.