/ sábado 16 de abril de 2022

Caso Comermex, ¿los resultados serán diferentes?

Por: Silvia González

Contemplamos a los mismos actores con diferentes máscaras, pero con el mismo libreto, lo que nos permite vaticinar el mismo desastroso final.

-Eloy Vallina Lagüera, 2018

La envidia de los pobres hacia los mexicanos ricos fue muy fomentada por los presidentes Echeverría y López Portillo, machacándole al pueblo que el motivo de la dolorosa Revolución de 1910 fue el abuso de los hacendados. Usted y yo, amable, lector, lectora, sabemos que ese movimiento armado fue contra la arbitrariedad de un dictador y que el resultado fue caos, pobreza y atraso económico. Me consta que el único cambio fue para los generales asesinos que pasaron a ser respetables dueños de las haciendas, algunas pertenecieron a sus víctimas.

En Estados Unidos un hombre que con ingenio y trabajo forja un imperio cumple con el “sueño americano” y es admirado, respetado e idealizado por el pueblo, pero en México un hombre crea un banco es visto con odio y envidia, a veces, hasta por los mismos a quienes les da trabajo.

Hoy de nuevo, como en los sexenios de esos presidentes, se fomenta la división, y quién sabe si el paso que siga sea la expropiación de las empresas mexicanas, y digo mexicanas porque con la Reforma Eléctrica que se discute en estos días ya estarían siendo expropiadas las extranjeras.

En esta semana, y por azares de la vida, me encontré con un libro mágico de nombre “Logro y destrucción de un ideal”, una especie de biografía del fundador y desarrollador de Bancomer. Un hombre excepcional que de ser propietario de un cine en Puebla llega a formar el banco más grande de México. Cuenta en el libro que quince días antes de la expropiación se reunió con los banqueros y con el presidente López Portillo, y éste les aseguró que todo estaba bien. Pero el primero de septiembre de 1982, horas antes del informe donde se daría el embargo, no pudo entrar a su banco porque estaba rodeado de soldados… y murió sin volver a pisar su oficina, ni palpar su imperio.

Y es que, a López Portillo (otro López) se le desmoronaba la economía, fueron terribles sus dispendios y la caída del precio del petróleo, pero él no buscaba el porqué sino a quién echarle la culpa y sus asesores apuntaron a la banca. Además, informó a los mexicanos que los bancos eran los saqueadores de los pobres. Así de livianas son esas decisiones, así de fácil se destruyen empresas, vidas, familias, ciudades y países.

Aquí en Chihuahua, un caso idéntico fue el de Banco Comermex, el Banco Comercial Mexicano, orgullo económico de Chihuahua, fundado por el Sr. Eloy Vallina padre; era el tercer grupo financiero del país con múltiples bifurcaciones de empresas industriales y productivas que se daban vida unas a otras, pero parece que México está maldito y no soporta la prosperidad de sus hijos, y también fue expropiado en 1982.

Podría decirse que Eloy Vallina perdió un banco, pero no fue así, perdimos ustedes y yo, perdió Chihuahua, perdió México dando al traste con 30,000 empleos y perdimos todos un futuro creciente y pleno. Han pasado 40 años y todavía no hay otro banco chihuahuense a nivel nacional.

Está abierto el telón, los actores están actuando el mismo libreto, ¿los resultados serán diferentes?

Miembro Aechi


www.silviagonzalez.com.mx


Por: Silvia González

Contemplamos a los mismos actores con diferentes máscaras, pero con el mismo libreto, lo que nos permite vaticinar el mismo desastroso final.

-Eloy Vallina Lagüera, 2018

La envidia de los pobres hacia los mexicanos ricos fue muy fomentada por los presidentes Echeverría y López Portillo, machacándole al pueblo que el motivo de la dolorosa Revolución de 1910 fue el abuso de los hacendados. Usted y yo, amable, lector, lectora, sabemos que ese movimiento armado fue contra la arbitrariedad de un dictador y que el resultado fue caos, pobreza y atraso económico. Me consta que el único cambio fue para los generales asesinos que pasaron a ser respetables dueños de las haciendas, algunas pertenecieron a sus víctimas.

En Estados Unidos un hombre que con ingenio y trabajo forja un imperio cumple con el “sueño americano” y es admirado, respetado e idealizado por el pueblo, pero en México un hombre crea un banco es visto con odio y envidia, a veces, hasta por los mismos a quienes les da trabajo.

Hoy de nuevo, como en los sexenios de esos presidentes, se fomenta la división, y quién sabe si el paso que siga sea la expropiación de las empresas mexicanas, y digo mexicanas porque con la Reforma Eléctrica que se discute en estos días ya estarían siendo expropiadas las extranjeras.

En esta semana, y por azares de la vida, me encontré con un libro mágico de nombre “Logro y destrucción de un ideal”, una especie de biografía del fundador y desarrollador de Bancomer. Un hombre excepcional que de ser propietario de un cine en Puebla llega a formar el banco más grande de México. Cuenta en el libro que quince días antes de la expropiación se reunió con los banqueros y con el presidente López Portillo, y éste les aseguró que todo estaba bien. Pero el primero de septiembre de 1982, horas antes del informe donde se daría el embargo, no pudo entrar a su banco porque estaba rodeado de soldados… y murió sin volver a pisar su oficina, ni palpar su imperio.

Y es que, a López Portillo (otro López) se le desmoronaba la economía, fueron terribles sus dispendios y la caída del precio del petróleo, pero él no buscaba el porqué sino a quién echarle la culpa y sus asesores apuntaron a la banca. Además, informó a los mexicanos que los bancos eran los saqueadores de los pobres. Así de livianas son esas decisiones, así de fácil se destruyen empresas, vidas, familias, ciudades y países.

Aquí en Chihuahua, un caso idéntico fue el de Banco Comermex, el Banco Comercial Mexicano, orgullo económico de Chihuahua, fundado por el Sr. Eloy Vallina padre; era el tercer grupo financiero del país con múltiples bifurcaciones de empresas industriales y productivas que se daban vida unas a otras, pero parece que México está maldito y no soporta la prosperidad de sus hijos, y también fue expropiado en 1982.

Podría decirse que Eloy Vallina perdió un banco, pero no fue así, perdimos ustedes y yo, perdió Chihuahua, perdió México dando al traste con 30,000 empleos y perdimos todos un futuro creciente y pleno. Han pasado 40 años y todavía no hay otro banco chihuahuense a nivel nacional.

Está abierto el telón, los actores están actuando el mismo libreto, ¿los resultados serán diferentes?

Miembro Aechi


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