/ viernes 3 de noviembre de 2023

“Ciudad Cuauhtémoc, Chihuahua. Ensamble de naciones”

En el año 2000 se publicó el libro “Ciudad Cuauhtémoc, Chihuahua. Crónica de su fundación”, del doctor Pedro Castro. 23 años después, celebramos ahora la reedición del mismo bajo el título “Ciudad Cuauhtémoc, Chihuahua. Ensamble de naciones”.

El autor insiste en el propósito de abordar los “momentos fundacionales de Ciudad Cuauhtémoc”, tal como se expresaba en su texto del año 2000. Advierte que se trata de “una reedición aumentada y mejorada” del texto de hace 23 años.

Así vemos un enriquecimiento de los contenidos que destacan tanto eventos como documentos de relevancia histórica. Es así que, por ejemplo, se aumenta y mejora sustancialmente la perspectiva sobre la comunidad menonita y los privilegios que recibió por parte del gobierno de Álvaro Obregón.

Las partes de esta reedición son: “Los orígenes remotos”, “El presidente Obregón, agricultor y agrarista”, “Un agrarista llamado Belisario Chávez”, “¿Y quiénes eran los menonitas?, “El inicio de una vida nueva”, “El presidente Obregón otorga el Privilegium a los menonitas”, “La colonización menonita”, “Hacia la solución de las demandas agrarias”, “La visita del presidente Plutarco Elías Calles a la región”, “Palabras finales” y los apéndices y anexos..

En cuanto a los orígenes remotos de Cuauhtémoc, el doctor Castro nos lleva hasta el siglo XVIII, cuando estas tierras pasaron a ser mercedes reales del capitán Antonio Gutiérrez del Castillo, recibiendo el nombre de “Hacienda San Bernabé de la Laguna”. Tierras que en el siglo XIX pasaron a ser propiedad de Gabino Cuilty, fundador del latifundio donde surgiría Cuauhtémoc en el siglo XX, al conformarse como sección municipal de Cusihuiriachi y a los pocos años como municipalidad.

La Revolución que estalló en el país en 1910 trajo consigo la lucha que en la región emprendió la gente para lograr la dotación de tierras, de esas tierras que formaron parte del latifundio Zuloaga. Y tocó a los presidentes Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles atender y proceder a la solución de esas demandas. Esta es la historia principal que nos presenta el autor: la historia de una lucha por el reparto de tierras; un caso de éxito en cuanto a las luchas agraristas.

El eje del libro es el de la posesión de tierras de cultivo, justo en un momento histórico que preparaba la reconstrucción del país y el poder político asumía un compromiso con los productores del campo después del colapso del sistema latifundista que, entre otros factores.

El libro nos muestra el nacimiento de Ciudad Cuauhtémoc, Chihuahua, en un lugar con una estación de tren desde primer año del siglo XX, Un rancho, luego un pueblo cabecera de una sección municipal de Cusihuiriachi, después una villa cabecera del nuevo municipio (Cuauhtémoc), y finalmente una ciudad que representa el núcleo comercial, el centro de producción agrícola, frutícola y ganadera.

Es una obra digna de ser leída por cuauhtemenses y no cuauhtemenses, ya que es testimonio de un caso de vocación humana universal: el ideal de trascender.


En el año 2000 se publicó el libro “Ciudad Cuauhtémoc, Chihuahua. Crónica de su fundación”, del doctor Pedro Castro. 23 años después, celebramos ahora la reedición del mismo bajo el título “Ciudad Cuauhtémoc, Chihuahua. Ensamble de naciones”.

El autor insiste en el propósito de abordar los “momentos fundacionales de Ciudad Cuauhtémoc”, tal como se expresaba en su texto del año 2000. Advierte que se trata de “una reedición aumentada y mejorada” del texto de hace 23 años.

Así vemos un enriquecimiento de los contenidos que destacan tanto eventos como documentos de relevancia histórica. Es así que, por ejemplo, se aumenta y mejora sustancialmente la perspectiva sobre la comunidad menonita y los privilegios que recibió por parte del gobierno de Álvaro Obregón.

Las partes de esta reedición son: “Los orígenes remotos”, “El presidente Obregón, agricultor y agrarista”, “Un agrarista llamado Belisario Chávez”, “¿Y quiénes eran los menonitas?, “El inicio de una vida nueva”, “El presidente Obregón otorga el Privilegium a los menonitas”, “La colonización menonita”, “Hacia la solución de las demandas agrarias”, “La visita del presidente Plutarco Elías Calles a la región”, “Palabras finales” y los apéndices y anexos..

En cuanto a los orígenes remotos de Cuauhtémoc, el doctor Castro nos lleva hasta el siglo XVIII, cuando estas tierras pasaron a ser mercedes reales del capitán Antonio Gutiérrez del Castillo, recibiendo el nombre de “Hacienda San Bernabé de la Laguna”. Tierras que en el siglo XIX pasaron a ser propiedad de Gabino Cuilty, fundador del latifundio donde surgiría Cuauhtémoc en el siglo XX, al conformarse como sección municipal de Cusihuiriachi y a los pocos años como municipalidad.

La Revolución que estalló en el país en 1910 trajo consigo la lucha que en la región emprendió la gente para lograr la dotación de tierras, de esas tierras que formaron parte del latifundio Zuloaga. Y tocó a los presidentes Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles atender y proceder a la solución de esas demandas. Esta es la historia principal que nos presenta el autor: la historia de una lucha por el reparto de tierras; un caso de éxito en cuanto a las luchas agraristas.

El eje del libro es el de la posesión de tierras de cultivo, justo en un momento histórico que preparaba la reconstrucción del país y el poder político asumía un compromiso con los productores del campo después del colapso del sistema latifundista que, entre otros factores.

El libro nos muestra el nacimiento de Ciudad Cuauhtémoc, Chihuahua, en un lugar con una estación de tren desde primer año del siglo XX, Un rancho, luego un pueblo cabecera de una sección municipal de Cusihuiriachi, después una villa cabecera del nuevo municipio (Cuauhtémoc), y finalmente una ciudad que representa el núcleo comercial, el centro de producción agrícola, frutícola y ganadera.

Es una obra digna de ser leída por cuauhtemenses y no cuauhtemenses, ya que es testimonio de un caso de vocación humana universal: el ideal de trascender.