/ lunes 18 de julio de 2022

De ciudadanos y monstruos

Por: Amín Anchondo

¿En qué momento un ser humano, que lidera a una comunidad por sus habilidades, pierde la capacidad de asombro o de empatía con otro humano? ¿En qué momento un ciudadano se derrota y acepta como normal todos los actos de corrupción, aun sabiendo que lo están agraviando directamente? Estas fueron dos preguntas que me vinieron a la mente cuando leí el libro “La viuda negra”. Lo más triste de todo es que estos libros son ya uno de varios que muestran casos de corrupción con dimensiones estratosféricas. Las cantidades que se manejan ahí son exorbitantes y fuera de lo que un ser humano pueda correctamente dimensionar.

Cuando una persona puede ver de frente las necesidades de otras personas y tener el corazón para autorizar desvíos de recurso que debió ser utilizado para resolver esas necesidades, entonces para mí eso no es sólo una locura patológica, sino una monstruosidad.

Cuando lees los nombres de los involucrados y su origen partidario, entonces te pones a pensar si en realidad esto tendrá solución, porque ahora resulta que amamos que los monstruos nos gobiernen. Dejamos que los grandes cánceres sigan creciendo, aunque sean un balazo en el pie en el corto plazo.

Recuerdo cuando el PAN se regocijaba hablando de la casa blanca de Peña Nieto, o de la Estafa Maestra. Pero hoy con la Viuda Negra ya no se puede decir nada porque, ¡oh, sorpresa!, ahora los priistas involucrados son miembros de la misma alianza electoral.

Los niveles de impunidad en el país son una burla para la ciudadanía. Eso lo saben perfectamente los gobernantes que quieren enriquecerse. Saben perfectamente que nada va a pasar porque el sistema los protege. Los intereses son tan grandes, que los silencios salen baratos. ¿Cómo es posible que una investigación de la magnitud de la “Viuda Negra” saliera de un grupo de tres periodistas de investigación y no de la Fiscalía General de la República? ¿Desde dónde se tiene que cortar el hilo para que se empiece a sanear un sistema que tiene a los humanos como víctimas? Todas estas preguntas me nacían a la hora que el coraje me hacía leer más hojas con ganas de consumir la “verdad”. Esta verdad ha sido un derecho humano negado a la ciudadanía por muchos años y que hoy gracias a la tecnología hemos podido acceder un poco a ella.

Este libro pone contra la pared al gobierno federal y su lucha contra la corrupción. Porque ahí expone claramente casos que tiene en sus manos y que de no hacer nada, todo su teatro de “combatir la corrupción” se caerá. Está tan bien desarrollada la investigación que si la inacción persiste, entonces será muy obvio el pacto de impunidad.

El sexenio de Peña Nieto pone el claro ejemplo de cómo actúa ese “nuevo PRI” que supuestamente estaba redimido con el pueblo y resultó la peor versión. Hoy se ve igual o peor, vuelven esas intenciones de retornar al poder aliándose con el PAN para robarle la credibilidad que le queda y seguir con lo mismo.

Ojalá tengas oportunidad de leer este libro. Una verdadera provocación a la acción.


Por: Amín Anchondo

¿En qué momento un ser humano, que lidera a una comunidad por sus habilidades, pierde la capacidad de asombro o de empatía con otro humano? ¿En qué momento un ciudadano se derrota y acepta como normal todos los actos de corrupción, aun sabiendo que lo están agraviando directamente? Estas fueron dos preguntas que me vinieron a la mente cuando leí el libro “La viuda negra”. Lo más triste de todo es que estos libros son ya uno de varios que muestran casos de corrupción con dimensiones estratosféricas. Las cantidades que se manejan ahí son exorbitantes y fuera de lo que un ser humano pueda correctamente dimensionar.

Cuando una persona puede ver de frente las necesidades de otras personas y tener el corazón para autorizar desvíos de recurso que debió ser utilizado para resolver esas necesidades, entonces para mí eso no es sólo una locura patológica, sino una monstruosidad.

Cuando lees los nombres de los involucrados y su origen partidario, entonces te pones a pensar si en realidad esto tendrá solución, porque ahora resulta que amamos que los monstruos nos gobiernen. Dejamos que los grandes cánceres sigan creciendo, aunque sean un balazo en el pie en el corto plazo.

Recuerdo cuando el PAN se regocijaba hablando de la casa blanca de Peña Nieto, o de la Estafa Maestra. Pero hoy con la Viuda Negra ya no se puede decir nada porque, ¡oh, sorpresa!, ahora los priistas involucrados son miembros de la misma alianza electoral.

Los niveles de impunidad en el país son una burla para la ciudadanía. Eso lo saben perfectamente los gobernantes que quieren enriquecerse. Saben perfectamente que nada va a pasar porque el sistema los protege. Los intereses son tan grandes, que los silencios salen baratos. ¿Cómo es posible que una investigación de la magnitud de la “Viuda Negra” saliera de un grupo de tres periodistas de investigación y no de la Fiscalía General de la República? ¿Desde dónde se tiene que cortar el hilo para que se empiece a sanear un sistema que tiene a los humanos como víctimas? Todas estas preguntas me nacían a la hora que el coraje me hacía leer más hojas con ganas de consumir la “verdad”. Esta verdad ha sido un derecho humano negado a la ciudadanía por muchos años y que hoy gracias a la tecnología hemos podido acceder un poco a ella.

Este libro pone contra la pared al gobierno federal y su lucha contra la corrupción. Porque ahí expone claramente casos que tiene en sus manos y que de no hacer nada, todo su teatro de “combatir la corrupción” se caerá. Está tan bien desarrollada la investigación que si la inacción persiste, entonces será muy obvio el pacto de impunidad.

El sexenio de Peña Nieto pone el claro ejemplo de cómo actúa ese “nuevo PRI” que supuestamente estaba redimido con el pueblo y resultó la peor versión. Hoy se ve igual o peor, vuelven esas intenciones de retornar al poder aliándose con el PAN para robarle la credibilidad que le queda y seguir con lo mismo.

Ojalá tengas oportunidad de leer este libro. Una verdadera provocación a la acción.