/ viernes 5 de noviembre de 2021

Día Mundial de la Filosofía

Cada tercer jueves de noviembre se celebra el Día Mundial de la Filosofía, con lo cual se busca, principalmente, la justa revaloración del papel de la reflexión filosófica en todos los planos de nuestra vida, en un mundo que parece necesitar cada vez más de dicho recurso intelectual. La necesidad de comprender se impone.

Fue la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNICEF), la que determinó en el año 2005 el establecimiento de esta conmemoración anual, destacando la importancia de la filosofía, principalmente entre la juventud, en la cual siempre estamos depositando esperanzas para un mejor mundo.

Este ente especializado de la Organización de las Naciones Unidas, expresó que "la institucionalización del Día de la Filosofía en la UNESCO como Día Mundial de la Filosofía ganaría reconocimiento y daría un fuerte impulso a la filosofía y, en particular, a la enseñanza de la filosofía en el mundo" (https://es.unesco.org/events/dia-mundial-filosofia-0).

La preocupación por el pensamiento, y especialmente por el pensamiento filosófico, aparece a nivel mundial cuando nos enfrentamos una oleada global de actitudes y recursos irracionales que complican nuestra habitual convivencia generando problemas de diverso orden. Pero es una preocupación que nos indica que aún nos queda la conciencia.

Nuestra realidad global nos está centrando en temas sobre el papel de la inteligencia crítica frente a la inteligencia artificial, la libertad humana frente a sistemas opresores, la tolerancia en la interculturalidad, la paz en el marco de los derechos humanos, entre otros. Hay tarea para la filosofía, indudablemente.

La comprensión de las dificultades que atravesamos como sociedad mundial no sólo es necesaria, sino urgente. Ahí tenemos como muy ilustrativo ejemplo el desafío que nos lanza el cambio climático y que convoca, en medio de la alerta, a los líderes de las naciones, sabiendo que está en juego la humanidad entera.

Pensar la realidad, entender al ser humano, reflexionar en los fines y los medios, son algunas de las principales actividades que la filosofía promueve desde su naturaleza, desde su esencia como disciplina intelectual, la cual exige libertad, crítica, discusión, lógica y honestidad intelectual. Pero en un entorno que devalúa la razón y desprecia la verdad, la labor se complica.

Ante los problemas del mundo nos vienen emociones y sentimientos, actitudes y reacciones, pero también podemos esgrimir razonamientos, proponer ideas y discutirlas para luego tomar decisiones y construir sobre acuerdos y compromisos. No hay por qué renunciar a nuestra racionalidad, a la crítica y a la libertad.

Que el Día Mundial de la Filosofía profundice su huella cada año, entre más personas y en más lugares. Fomentemos el debate público sobre las ideas; las ideas, cuyo papel en todos los ámbitos de nuestra vida determina lo que somos y lo que hacemos.


Cada tercer jueves de noviembre se celebra el Día Mundial de la Filosofía, con lo cual se busca, principalmente, la justa revaloración del papel de la reflexión filosófica en todos los planos de nuestra vida, en un mundo que parece necesitar cada vez más de dicho recurso intelectual. La necesidad de comprender se impone.

Fue la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNICEF), la que determinó en el año 2005 el establecimiento de esta conmemoración anual, destacando la importancia de la filosofía, principalmente entre la juventud, en la cual siempre estamos depositando esperanzas para un mejor mundo.

Este ente especializado de la Organización de las Naciones Unidas, expresó que "la institucionalización del Día de la Filosofía en la UNESCO como Día Mundial de la Filosofía ganaría reconocimiento y daría un fuerte impulso a la filosofía y, en particular, a la enseñanza de la filosofía en el mundo" (https://es.unesco.org/events/dia-mundial-filosofia-0).

La preocupación por el pensamiento, y especialmente por el pensamiento filosófico, aparece a nivel mundial cuando nos enfrentamos una oleada global de actitudes y recursos irracionales que complican nuestra habitual convivencia generando problemas de diverso orden. Pero es una preocupación que nos indica que aún nos queda la conciencia.

Nuestra realidad global nos está centrando en temas sobre el papel de la inteligencia crítica frente a la inteligencia artificial, la libertad humana frente a sistemas opresores, la tolerancia en la interculturalidad, la paz en el marco de los derechos humanos, entre otros. Hay tarea para la filosofía, indudablemente.

La comprensión de las dificultades que atravesamos como sociedad mundial no sólo es necesaria, sino urgente. Ahí tenemos como muy ilustrativo ejemplo el desafío que nos lanza el cambio climático y que convoca, en medio de la alerta, a los líderes de las naciones, sabiendo que está en juego la humanidad entera.

Pensar la realidad, entender al ser humano, reflexionar en los fines y los medios, son algunas de las principales actividades que la filosofía promueve desde su naturaleza, desde su esencia como disciplina intelectual, la cual exige libertad, crítica, discusión, lógica y honestidad intelectual. Pero en un entorno que devalúa la razón y desprecia la verdad, la labor se complica.

Ante los problemas del mundo nos vienen emociones y sentimientos, actitudes y reacciones, pero también podemos esgrimir razonamientos, proponer ideas y discutirlas para luego tomar decisiones y construir sobre acuerdos y compromisos. No hay por qué renunciar a nuestra racionalidad, a la crítica y a la libertad.

Que el Día Mundial de la Filosofía profundice su huella cada año, entre más personas y en más lugares. Fomentemos el debate público sobre las ideas; las ideas, cuyo papel en todos los ámbitos de nuestra vida determina lo que somos y lo que hacemos.