/ miércoles 6 de junio de 2018

EPN: No bajó la cortina; ¡soltó al tigre! (I de II)

Ante los banqueros reunidos en Acapulco, AMLO respondió a la pregunta de que si reconocería los resultados aun si le fueran desfavorables, dijo: “Si las elecciones son libres, son limpias (y pierdo) me voy tranquilo a Palenque, Chiapas (su rancho). Pero, “si se atreven a hacer un fraude electoral, me voy también y a ver quién amarra al tigre…”.

Las palabras de López Obrador fueron recibidas con temor por los banqueros. Y algunos las asumieron como una amenaza, pues ante el descrédito que AMLO ha manifestado respecto a instituciones como el INE, el TEPJF o la Suprema Corte, se percibe que quien va a dictaminar si ocurrió fraude o no, es él mismo.

Ahora que, si soltar el tigre significa la inestabilidad que vivirá el país provocada por los inconformes con los resultados electorales; será la misma, guardada toda proporción, en caso de que López Obrador se alce con el triunfo y a meses de ejercer el poder, la población no resienta los efectos de las promesas ofrecidas.

Entonces, ¿por qué decimos desde ahora que el presidente soltó al tigre? Pues porque pese a que México está alcanzando un mejor desarrollo y la generación de una clase media se va extendiendo... alertó para que el enojo vampírico de algunos no debe nublar la vista sobre los alcances y el desarrollo que tiene el país.

“El enojo mexicano” (Macario Schettino. El Financiero 01.03.2018), del cual transcribimos los siguientes párrafos:

“Me sorprende un poco la insistencia en que México está peor que nunca antes. En lo único en que creo que hemos empeorado notoriamente, comparado con las últimas décadas, es en la inseguridad y violencia. Y bastaría con eso para estar enojado, no lo niego. Pero cuando se extiende la queja a todo lo demás, se banaliza y se hace imposible de resolver.

“No tiene México hoy los niveles de pobreza o desigualdad mayores de su historia, por el contrario…, la proporción de mexicanos en pobreza es hoy inferior a cualquier medición del siglo XX. Tampoco creo que debamos quejarnos en exceso del comportamiento económico del país.

“Otra vez, tenemos un crecimiento mediocre, pero dentro del estándar latinoamericano. Brasil, que nos ponían como ejemplo, ha regresado al nivel que tenía antes, y su crecimiento de mediano plazo (25 años) es incluso inferior al nuestro…, hemos logrado salir de la tradición latinoamericana de sólo exportar materias primas, y por eso nuestro crecimiento es mediocre, pero estable.

“Lo que sí ha ocurrido en México es una ampliación de la disparidad regional. El centro-norte y norte del país ha crecido a ritmos importantes, el cuadrángulo Nayarit-Sinaloa-Durango-Zacatecas, ha sido más lento. El sur del país ha estado estancado, y el centro se ha movido muy lento.

“El golfo, con la crisis de Pemex, lleva años viviendo una tragedia… cada entidad ve el comportamiento económico de manera muy distinta. La Ciudad de México tiene una voz desproporcionada en medios y academia, y ha creado la idea de que a todo el país le ha ido mal. No es así.

“El comportamiento criminal de algunos gobernadores ha provocado una explosión de enojo en México… Sentir enojo es lo menos. Rabia. Furia. Desesperación.

“Eso lo que tenemos que resolver. No tenemos que destruir la casa porque el baño no funciona. Habrá que arreglar el drenaje y dejar ir la mierda. Aunque eso implique reconocer cuánto nos hemos embarrado cada uno. El problema se llama impunidad: Habrá que invertir mucho tiempo y mucho dinero. Concentrarse en acabar con la impunidad como el eje de toda la vida pública”.






Ante los banqueros reunidos en Acapulco, AMLO respondió a la pregunta de que si reconocería los resultados aun si le fueran desfavorables, dijo: “Si las elecciones son libres, son limpias (y pierdo) me voy tranquilo a Palenque, Chiapas (su rancho). Pero, “si se atreven a hacer un fraude electoral, me voy también y a ver quién amarra al tigre…”.

Las palabras de López Obrador fueron recibidas con temor por los banqueros. Y algunos las asumieron como una amenaza, pues ante el descrédito que AMLO ha manifestado respecto a instituciones como el INE, el TEPJF o la Suprema Corte, se percibe que quien va a dictaminar si ocurrió fraude o no, es él mismo.

Ahora que, si soltar el tigre significa la inestabilidad que vivirá el país provocada por los inconformes con los resultados electorales; será la misma, guardada toda proporción, en caso de que López Obrador se alce con el triunfo y a meses de ejercer el poder, la población no resienta los efectos de las promesas ofrecidas.

Entonces, ¿por qué decimos desde ahora que el presidente soltó al tigre? Pues porque pese a que México está alcanzando un mejor desarrollo y la generación de una clase media se va extendiendo... alertó para que el enojo vampírico de algunos no debe nublar la vista sobre los alcances y el desarrollo que tiene el país.

“El enojo mexicano” (Macario Schettino. El Financiero 01.03.2018), del cual transcribimos los siguientes párrafos:

“Me sorprende un poco la insistencia en que México está peor que nunca antes. En lo único en que creo que hemos empeorado notoriamente, comparado con las últimas décadas, es en la inseguridad y violencia. Y bastaría con eso para estar enojado, no lo niego. Pero cuando se extiende la queja a todo lo demás, se banaliza y se hace imposible de resolver.

“No tiene México hoy los niveles de pobreza o desigualdad mayores de su historia, por el contrario…, la proporción de mexicanos en pobreza es hoy inferior a cualquier medición del siglo XX. Tampoco creo que debamos quejarnos en exceso del comportamiento económico del país.

“Otra vez, tenemos un crecimiento mediocre, pero dentro del estándar latinoamericano. Brasil, que nos ponían como ejemplo, ha regresado al nivel que tenía antes, y su crecimiento de mediano plazo (25 años) es incluso inferior al nuestro…, hemos logrado salir de la tradición latinoamericana de sólo exportar materias primas, y por eso nuestro crecimiento es mediocre, pero estable.

“Lo que sí ha ocurrido en México es una ampliación de la disparidad regional. El centro-norte y norte del país ha crecido a ritmos importantes, el cuadrángulo Nayarit-Sinaloa-Durango-Zacatecas, ha sido más lento. El sur del país ha estado estancado, y el centro se ha movido muy lento.

“El golfo, con la crisis de Pemex, lleva años viviendo una tragedia… cada entidad ve el comportamiento económico de manera muy distinta. La Ciudad de México tiene una voz desproporcionada en medios y academia, y ha creado la idea de que a todo el país le ha ido mal. No es así.

“El comportamiento criminal de algunos gobernadores ha provocado una explosión de enojo en México… Sentir enojo es lo menos. Rabia. Furia. Desesperación.

“Eso lo que tenemos que resolver. No tenemos que destruir la casa porque el baño no funciona. Habrá que arreglar el drenaje y dejar ir la mierda. Aunque eso implique reconocer cuánto nos hemos embarrado cada uno. El problema se llama impunidad: Habrá que invertir mucho tiempo y mucho dinero. Concentrarse en acabar con la impunidad como el eje de toda la vida pública”.






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