/ martes 28 de diciembre de 2021

Hechos y criterios: ¿Es broma?

Una broma no era un chiste o algo que les cayera en gracia a los marinos. Era un molusco alargado y feo que se introducía en la base de los barcos, carcomiendo lentamente la madera hasta hacer agujeros. Su nombre deriva del griego “broma”, que a su vez deriva de “bibróskein”, comer con avidez.

Los tripulantes y los propietarios de las embarcaciones afectadas consideraban como algo muy pesado lo que les ocurría con tales moluscos. De ahí que en forma metafórica se entendiera como broma a las personas o situaciones pesadas o cargantes. Se pasó luego a entender el término como burla, dicho o hecho que se hace a alguien para reírse de él sin intención de molestarle, aunque, lo sabemos, hay de bromas a bromas. También por su etimología broma es alimento, de ahí bromatología, materia orientada al estudio de los alimentos.

El 28 de diciembre, celebración de los Santos Inocentes, se ha vuelto tradicional hacer bromas.

San Mateo señala que el rey de Judea, Herodes I, el Grande, viejo déspota, enfermo por aquellos días, ya cercano a la muerte, no dejaba por ello de defender sus prerrogativas de reyezuelo, con la misma pasión que siempre puso en ello. Tenía para la crueldad un gusto de artista. Había hecho correr oleadas de sangre. A lo largo de su reinado, y por conservar el poder, por propia mano ahogó a su cuñado, y por orden suya perecieron otro cuñado, su esposa y sus tres hijos. También hubo en el periodo ejecuciones en masa.

Manifiesta el evangelista: “Herodes, al verse burlado por los Magos (que no volvieron para indicarle dónde había nacido Jesús, el Mesías) se enfureció en extremo y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos sus contornos, según el tiempo exacto que había averiguado por los Magos” (Mt 2,16). La Iglesia celebra a estas pequeñas víctimas de la cólera de Herodes, que pagaron con su vida la salvación del Mesías, quien se salvó porque la familia había huido a Egipto.

En la Edad Media había una tradición pagana conocida como la Fiesta de los locos o del obispillo, celebrada entre la Navidad y el Año Nuevo. Esas fiestas eran carnavalescas, burlonas e irreverentes, donde algunos autores afirman se nombraba a un “rey de los inocentes” y se hacían bromas. La Iglesia, expresan algunos autores, fue fusionando la conmemoración de los Santos Inocentes con esa fiesta.

"Inocente palomita que te dejaste engañar" es la frase típica utilizada en esta fecha, simple y sencillamente porque la víctima del “chiste” cae de forma ingenua.

La Iglesia no condena las bromas, pero pide respetar la memoria de aquellos niños que murieron en nombre de Jesús.


Una broma no era un chiste o algo que les cayera en gracia a los marinos. Era un molusco alargado y feo que se introducía en la base de los barcos, carcomiendo lentamente la madera hasta hacer agujeros. Su nombre deriva del griego “broma”, que a su vez deriva de “bibróskein”, comer con avidez.

Los tripulantes y los propietarios de las embarcaciones afectadas consideraban como algo muy pesado lo que les ocurría con tales moluscos. De ahí que en forma metafórica se entendiera como broma a las personas o situaciones pesadas o cargantes. Se pasó luego a entender el término como burla, dicho o hecho que se hace a alguien para reírse de él sin intención de molestarle, aunque, lo sabemos, hay de bromas a bromas. También por su etimología broma es alimento, de ahí bromatología, materia orientada al estudio de los alimentos.

El 28 de diciembre, celebración de los Santos Inocentes, se ha vuelto tradicional hacer bromas.

San Mateo señala que el rey de Judea, Herodes I, el Grande, viejo déspota, enfermo por aquellos días, ya cercano a la muerte, no dejaba por ello de defender sus prerrogativas de reyezuelo, con la misma pasión que siempre puso en ello. Tenía para la crueldad un gusto de artista. Había hecho correr oleadas de sangre. A lo largo de su reinado, y por conservar el poder, por propia mano ahogó a su cuñado, y por orden suya perecieron otro cuñado, su esposa y sus tres hijos. También hubo en el periodo ejecuciones en masa.

Manifiesta el evangelista: “Herodes, al verse burlado por los Magos (que no volvieron para indicarle dónde había nacido Jesús, el Mesías) se enfureció en extremo y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos sus contornos, según el tiempo exacto que había averiguado por los Magos” (Mt 2,16). La Iglesia celebra a estas pequeñas víctimas de la cólera de Herodes, que pagaron con su vida la salvación del Mesías, quien se salvó porque la familia había huido a Egipto.

En la Edad Media había una tradición pagana conocida como la Fiesta de los locos o del obispillo, celebrada entre la Navidad y el Año Nuevo. Esas fiestas eran carnavalescas, burlonas e irreverentes, donde algunos autores afirman se nombraba a un “rey de los inocentes” y se hacían bromas. La Iglesia, expresan algunos autores, fue fusionando la conmemoración de los Santos Inocentes con esa fiesta.

"Inocente palomita que te dejaste engañar" es la frase típica utilizada en esta fecha, simple y sencillamente porque la víctima del “chiste” cae de forma ingenua.

La Iglesia no condena las bromas, pero pide respetar la memoria de aquellos niños que murieron en nombre de Jesús.