/ martes 9 de febrero de 2021

Hechos y criterios | Posturas

Una definición de postura expresa que es una actitud que alguien adopta respecto de algún asunto. Sabemos que ante diversos temas existen posturas distintas e incluso divergentes, y también que algunos adoptan determinadas posturas no tanto por convicción profunda, sino por otras causas que pueden rendirles beneficios, darles imagen, sacar raja política, quedar bien con amigos o enemigos, etcétera.

El electo presidente de nuestro vecino del norte apenas tomó posesión de su cargo asumió posturas, algunas ya esperadas, sobre distintos puntos. Firmó 17 decretos y directivas para revertir las de su antecesor. Ciertamente no es la primera vez que sucede, pero por la víspera se sacan los días y se puede intuir lo que vendrá en un futuro. Entre esas medidas están las relacionadas con la migración, la salud, el muro fronterizo, el cambio climático y el medioambiente, la cuestión racial, el aborto, la economía o la orientación sexual y la identidad de género.

Cabe mencionar que el mandatario, y cada vez lo subrayan los medios, se dice religioso y católico, y esos mismos medios, contra lo que podría esperarse, presentan ese alarde de religiosidad como un aval progresista. La realidad es que algunas posturas del presidente caminan, sobre todo las socioeconómicas, en la línea de la doctrina social católica, pero otras, sobre todo en el terreno moral, se alejan de la doctrina católica o se mueven en sentido opuesto.

En los medios de comunicación hay una contradicción en cuanto a la presentación de la imagen religiosa. Cuando el año pasado el presidente anterior propuso como magistrado del Tribunal Supremo a una católica practicante pero no de izquierdas, esos mismos medios y no pocos senadores intentaron descalificarla.

El presidente actual está en línea de algunos políticos “católicos” que exponen “no impondrán sus convicciones” a los demás.

El presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos manifestó su alegría de poder contar con un presidente que comprende la importancia de la religión en la vida pública. Pero a la vez señaló su preocupación por el hecho de que el presidente “se ha comprometido a seguir ciertas políticas que promoverían los males morales y amenazarían la vida y la dignidad humanas, más seriamente en las áreas del aborto, la anticoncepción, el matrimonio y el género. Es motivo de profunda preocupación la libertad de la Iglesia y la libertad de los creyentes para vivir de acuerdo con sus conciencias”.

Otra postura polémica es la actriz francesa, famosa en décadas atrás, Brigitte Bardot, quien declaró a una revista que el Covid-19 es bueno, ya que con otras epidemias que se anuncian restaurarán dolorosamente un nuevo orden. Expresó que “cuando esos 5 mil millones de personas en este planeta Tierra se hayan ido, la naturaleza recuperará sus derechos”.

La postura y la pregunta sobre los “derechos” de la naturaleza quedan en el aire. ¿Lo ven?


Una definición de postura expresa que es una actitud que alguien adopta respecto de algún asunto. Sabemos que ante diversos temas existen posturas distintas e incluso divergentes, y también que algunos adoptan determinadas posturas no tanto por convicción profunda, sino por otras causas que pueden rendirles beneficios, darles imagen, sacar raja política, quedar bien con amigos o enemigos, etcétera.

El electo presidente de nuestro vecino del norte apenas tomó posesión de su cargo asumió posturas, algunas ya esperadas, sobre distintos puntos. Firmó 17 decretos y directivas para revertir las de su antecesor. Ciertamente no es la primera vez que sucede, pero por la víspera se sacan los días y se puede intuir lo que vendrá en un futuro. Entre esas medidas están las relacionadas con la migración, la salud, el muro fronterizo, el cambio climático y el medioambiente, la cuestión racial, el aborto, la economía o la orientación sexual y la identidad de género.

Cabe mencionar que el mandatario, y cada vez lo subrayan los medios, se dice religioso y católico, y esos mismos medios, contra lo que podría esperarse, presentan ese alarde de religiosidad como un aval progresista. La realidad es que algunas posturas del presidente caminan, sobre todo las socioeconómicas, en la línea de la doctrina social católica, pero otras, sobre todo en el terreno moral, se alejan de la doctrina católica o se mueven en sentido opuesto.

En los medios de comunicación hay una contradicción en cuanto a la presentación de la imagen religiosa. Cuando el año pasado el presidente anterior propuso como magistrado del Tribunal Supremo a una católica practicante pero no de izquierdas, esos mismos medios y no pocos senadores intentaron descalificarla.

El presidente actual está en línea de algunos políticos “católicos” que exponen “no impondrán sus convicciones” a los demás.

El presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos manifestó su alegría de poder contar con un presidente que comprende la importancia de la religión en la vida pública. Pero a la vez señaló su preocupación por el hecho de que el presidente “se ha comprometido a seguir ciertas políticas que promoverían los males morales y amenazarían la vida y la dignidad humanas, más seriamente en las áreas del aborto, la anticoncepción, el matrimonio y el género. Es motivo de profunda preocupación la libertad de la Iglesia y la libertad de los creyentes para vivir de acuerdo con sus conciencias”.

Otra postura polémica es la actriz francesa, famosa en décadas atrás, Brigitte Bardot, quien declaró a una revista que el Covid-19 es bueno, ya que con otras epidemias que se anuncian restaurarán dolorosamente un nuevo orden. Expresó que “cuando esos 5 mil millones de personas en este planeta Tierra se hayan ido, la naturaleza recuperará sus derechos”.

La postura y la pregunta sobre los “derechos” de la naturaleza quedan en el aire. ¿Lo ven?