/ martes 24 de agosto de 2021

Hechos y criterios | Que quede escrito en el cielo       

Por: Raúl Sánchez K.

Son muchos los compositores musicales mexicanos que recogen en sus letras aquello que los simples mortales quisiéramos expresar. Los géneros pueden ser distintos y las canciones hablar de amores, de desengaños, de alegrías o tristezas, de desamores, de decepciones, de reconciliaciones, de sucesos diversos y de infinitas cosas más.

Dado que estamos a punto de arribar a un año matrimonial más, con sus altas y bajas, más las primeras que las segundas a Dios gracias, en un ambiente que nos causa mucha tristeza por el alto número de separaciones y divorcios existentes, por la falta de un verdadero compromiso que haga florecer y crecer el amor entre novios y esposos, por el bombardeo constante en que la atracción corporal ocupa un lugar preminente por encima de los valores de la persona, y el sexo se separa del amor verdadero que perdura a través del tiempo; dado eso, hacemos referencia a dos composiciones, una del género ranchero y otra al bolero, que manifiestan sentimientos que guardamos en nuestro interior y expresamos externamente.

José del Refugio Sánchez Saldaña, mejor conocido como Cuco Sánchez, escribió entre sus canciones una llamada “Del cielo cayó una rosa”. Expone en uno de sus textos: “Que quede escrito en el cielo, que quede escrito en el mar, que quede escrito en tu mente que cada día yo te quiero mucho más”. Esas palabras pueden ser asumidas por muchos matrimonios que han sabido caminar juntos en lo próspero y en lo adverso, que se han amado en un para siempre.

Claudio Estrada Báez, guitarrista y compositor de renombre, manifestó en sus composiciones el sentido del amor. Una de sus canciones titulada “Contigo” enuncia: “Las horas más felices de mi amor fueron contigo, por eso es que mi alma siempre extraña el dulce alivio… Te puedo yo jurar ante un altar mi amor sincero, a todo el mundo puedes tu contar que sí te quiero… Tus labios me enseñaron a sentir lo que es ternura, y no me cansaré de bendecir tanta dulzura”.

Ciertamente el matrimonio plenamente vivido es una bendición y no nos cansamos de dar gracias al Señor por eso, de recibir una muestra de su amor.

Por: Raúl Sánchez K.

Son muchos los compositores musicales mexicanos que recogen en sus letras aquello que los simples mortales quisiéramos expresar. Los géneros pueden ser distintos y las canciones hablar de amores, de desengaños, de alegrías o tristezas, de desamores, de decepciones, de reconciliaciones, de sucesos diversos y de infinitas cosas más.

Dado que estamos a punto de arribar a un año matrimonial más, con sus altas y bajas, más las primeras que las segundas a Dios gracias, en un ambiente que nos causa mucha tristeza por el alto número de separaciones y divorcios existentes, por la falta de un verdadero compromiso que haga florecer y crecer el amor entre novios y esposos, por el bombardeo constante en que la atracción corporal ocupa un lugar preminente por encima de los valores de la persona, y el sexo se separa del amor verdadero que perdura a través del tiempo; dado eso, hacemos referencia a dos composiciones, una del género ranchero y otra al bolero, que manifiestan sentimientos que guardamos en nuestro interior y expresamos externamente.

José del Refugio Sánchez Saldaña, mejor conocido como Cuco Sánchez, escribió entre sus canciones una llamada “Del cielo cayó una rosa”. Expone en uno de sus textos: “Que quede escrito en el cielo, que quede escrito en el mar, que quede escrito en tu mente que cada día yo te quiero mucho más”. Esas palabras pueden ser asumidas por muchos matrimonios que han sabido caminar juntos en lo próspero y en lo adverso, que se han amado en un para siempre.

Claudio Estrada Báez, guitarrista y compositor de renombre, manifestó en sus composiciones el sentido del amor. Una de sus canciones titulada “Contigo” enuncia: “Las horas más felices de mi amor fueron contigo, por eso es que mi alma siempre extraña el dulce alivio… Te puedo yo jurar ante un altar mi amor sincero, a todo el mundo puedes tu contar que sí te quiero… Tus labios me enseñaron a sentir lo que es ternura, y no me cansaré de bendecir tanta dulzura”.

Ciertamente el matrimonio plenamente vivido es una bendición y no nos cansamos de dar gracias al Señor por eso, de recibir una muestra de su amor.