/ jueves 23 de noviembre de 2017

Ideas del médico católico

Continuando con las reflexiones de Alphonsus Bonnar OFM en su obra “El médico católico”, compartimos con ustedes las siguientes ideas.

Con la doctrina católica algunos sistemas científicos ganan en coherencia especulativa, en lógica y efectividad práctica. La teoría psicoanalítica freudiana pone al servicio de una conciencia fuerte y clarividente las pulsiones instintivas para los intereses superiores del hombre. La sola fe como actitud mental hacia la espiritualidad reduce la libertad del individuo, y lo hace menos responsable de las más grandes consecuencias que genera el libre albedrío en individuos que eligen entre el bien y el mal, lo que al final resta méritos ante Dios.

Al final, la falta de responsabilidad desequilibra la mente. No todas las tesis de Freud son aceptadas por los psicólogos contemporáneos como ciertas. Si en la salud todos tienen una debilidad, en el equilibrio mental todos tienen una neurosis. El análisis psicológico es poner al desnudo las partes del inconsciente sujetas a la represión o que surgen conscientemente deformes. El análisis debe estar seguro de destruir las cosas que debe, siempre que pueda, reemplazarlas, y que el proceso no tenga consecuencias desastrosas, con o sin el cambio.

En muchos casos es mejor dejar inconsciente al inconsciente, y conducir al paciente ordenando su vida de acuerdo a la enseñanza moral objetiva y el sentido común. El sacerdote puede disipar una neurosis en el confesionario quitando la culpa del pecado y la culpabilidad, que es raíz de algunas neurosis. En materia sexual existe quizás la más fuerte tendencia a actuar irracionalmente. En la adolescencia es muy importante la instrucción religiosa con un fundamento racional, hacérsele entender por qué, así como qué debe creer.

Según la experiencia, la desnutrición, la falta de ejercicios y de distracción en contornos agradables, provoca escrúpulos y neurosis en general. Se es escrupuloso porque se confía demasiado en el poder propio del ser humano. La confianza en Dios y el abandono de nosotros a él es la única actitud espiritual razonable. El concepto de que podemos desterrar el sufrimiento es psicológicamente equivocado. La neurosis real es, en cierto modo, inhabilitante. La cura de la neurosis radica en encarar la realidad y revelar la respuesta correcta.

El libre albedrío fue creado por Dios y no está fijado o determinado por él para la elección de ningún acto y, fija su actividad en la realización de un acto bueno o malo con preferencia a otro. En la libertad se encuentra el mérito de elegir “yo serviré”. Si no existiera este mérito, en vez de libertad existiría, sólo un “automatismo predeterminado”. El hombre que ha sufrido mucho y ha hecho buen uso de su sufrimiento es más inteligente, noble y fuerte, que quien no ha sufrido mucho. No todo el sufrimiento autoinflingido o aceptado es masoquismo.

Dios construye la gracia sobre los fundamentos de la naturaleza. Si el sufrimiento es alegremente aceptado, fortalece y purifica el carácter, y esa persona se convierte en un bastión que defiende a los que le rodean. Cuando inevitablemente la muerte desplaza al médico del lecho donde queda un cadáver, el médico católico sabe que no ha fracasado, sino que ha tenido que dar paso al llamado de Dios.

agusperezr@hotmail.com

Continuando con las reflexiones de Alphonsus Bonnar OFM en su obra “El médico católico”, compartimos con ustedes las siguientes ideas.

Con la doctrina católica algunos sistemas científicos ganan en coherencia especulativa, en lógica y efectividad práctica. La teoría psicoanalítica freudiana pone al servicio de una conciencia fuerte y clarividente las pulsiones instintivas para los intereses superiores del hombre. La sola fe como actitud mental hacia la espiritualidad reduce la libertad del individuo, y lo hace menos responsable de las más grandes consecuencias que genera el libre albedrío en individuos que eligen entre el bien y el mal, lo que al final resta méritos ante Dios.

Al final, la falta de responsabilidad desequilibra la mente. No todas las tesis de Freud son aceptadas por los psicólogos contemporáneos como ciertas. Si en la salud todos tienen una debilidad, en el equilibrio mental todos tienen una neurosis. El análisis psicológico es poner al desnudo las partes del inconsciente sujetas a la represión o que surgen conscientemente deformes. El análisis debe estar seguro de destruir las cosas que debe, siempre que pueda, reemplazarlas, y que el proceso no tenga consecuencias desastrosas, con o sin el cambio.

En muchos casos es mejor dejar inconsciente al inconsciente, y conducir al paciente ordenando su vida de acuerdo a la enseñanza moral objetiva y el sentido común. El sacerdote puede disipar una neurosis en el confesionario quitando la culpa del pecado y la culpabilidad, que es raíz de algunas neurosis. En materia sexual existe quizás la más fuerte tendencia a actuar irracionalmente. En la adolescencia es muy importante la instrucción religiosa con un fundamento racional, hacérsele entender por qué, así como qué debe creer.

Según la experiencia, la desnutrición, la falta de ejercicios y de distracción en contornos agradables, provoca escrúpulos y neurosis en general. Se es escrupuloso porque se confía demasiado en el poder propio del ser humano. La confianza en Dios y el abandono de nosotros a él es la única actitud espiritual razonable. El concepto de que podemos desterrar el sufrimiento es psicológicamente equivocado. La neurosis real es, en cierto modo, inhabilitante. La cura de la neurosis radica en encarar la realidad y revelar la respuesta correcta.

El libre albedrío fue creado por Dios y no está fijado o determinado por él para la elección de ningún acto y, fija su actividad en la realización de un acto bueno o malo con preferencia a otro. En la libertad se encuentra el mérito de elegir “yo serviré”. Si no existiera este mérito, en vez de libertad existiría, sólo un “automatismo predeterminado”. El hombre que ha sufrido mucho y ha hecho buen uso de su sufrimiento es más inteligente, noble y fuerte, que quien no ha sufrido mucho. No todo el sufrimiento autoinflingido o aceptado es masoquismo.

Dios construye la gracia sobre los fundamentos de la naturaleza. Si el sufrimiento es alegremente aceptado, fortalece y purifica el carácter, y esa persona se convierte en un bastión que defiende a los que le rodean. Cuando inevitablemente la muerte desplaza al médico del lecho donde queda un cadáver, el médico católico sabe que no ha fracasado, sino que ha tenido que dar paso al llamado de Dios.

agusperezr@hotmail.com