/ sábado 3 de febrero de 2024

Los daños que provocan los incendios forestales

Los bosques, selvas y diversos tipos de vegetación forestal, cada año son afectados en mayor o menor grado por los incendios forestales. Entre los principales daños que estos eventos provocan, está la muerte de arbolado adulto, renuevo, vegetación arbustiva, herbácea y pastizales. Sin embargo, los incendios provocan, además, afectaciones muy importantes que van más allá de solo la quema de la vegetación.

Cuando un incendio se presenta y éste es finalmente liquidado, se elabora un reporte en el que se registra su ubicación, las superficies dañadas de cada tipo de vegetación, como arbolado adulto, renuevo, arbustos, hierbas o pastos y se agregan además otros datos como el tiempo de llegada, duración del mismo, el número de combatientes y cuantos de ellos fueron voluntarios, brigadistas oficiales, personal militar, de protección civil, etc. De esta forma es como se integra la estadística de ocurrencia y afectación causada por los incendios forestales en nuestro país.

Sin embargo, los bosques, las selvas y las áreas de vegetación forestal de todo tipo, son ecosistemas mucho más complejos de lo que a simple vista se puede observar. En ellos, ocurren diversos procesos naturales, desde los suelos, la cubierta de hojarasca, los distintos tipos de cubierta vegetal, así como la presencia de otros seres vivos como microorganismos, hongos, insectos, reptiles, aves, pequeños roedores y otros mamíferos, dependiendo del tipo de ecosistema.

En un incendio, se puede afectar en mayor o menor grado, no solo a la vegetación, sino al resto de los recursos naturales asociados. Para algunos de estos es muy complicado identificar y evaluar los daños que haya ocasionado el incendio. En las áreas forestales, tenemos por ejemplo la presencia de fauna silvestre, así como de sus madrigueras y nidos, y por lo tanto, puede haber mortandad de ejemplares adultos, así como de sus crías o huevos. Incluso, los daños pueden ser irreparables cuando en el área hay muy pocos individuos, o aun más, cuando las especies ahí presentes están tipificadas en alguna categoría de riesgo, como amenazadas, raras o en peligro de extinción.

Otra afectación que provoca un incendio, aun en los casos en que haya sido de tipo superficial, es dejar de momento los suelos desnudos, lo cual los expone a daños por erosión. De igual forma, en un área incendiada, sobre todo en las de mayores extensiones, siempre se generan cenizas, que al ser arrastradas por las lluvias, llegan hasta las corrientes de agua, contaminándola y provocando con ello importantes afectaciones a las diferentes especies de peces o anfibios que están presentes en los distintos cuerpos de agua.

De ahí la gran importancia de prevenir, y en su caso, controlar de forma oportuna los incendios forestales. Para ello, se requiere contar con un esquema adecuado de planeación y organización, además de los recursos humanos, materiales y de apoyo necesarios. Como es bien conocido, actualmente la mayor parte de nuestro país presenta diversos grados de sequía, especialmente en la región norte, donde la mayor proporción se presenta en condiciones de sequía extrema a excepcional.

Para enfrentar estas condiciones, es necesario dotar de mayores recursos a las dependencias encargadas de atender este importante tema. Sería deseable, por ejemplo, contar con un fondo especial de atención a emergencias por incendios forestales. Con un mecanismo de este tipo, se podría disponer de forma ágil y oportuna, de los recursos necesarios para atender aquellos incendios que no se pudieron controlar en sus primeras etapas, y evitar así, que estos se conviertan en eventos de gran magnitud y causen mayores daños a nuestras áreas forestales y sus valiosos recursos naturales asociados.

oestradam@hotmail.com

Los bosques, selvas y diversos tipos de vegetación forestal, cada año son afectados en mayor o menor grado por los incendios forestales. Entre los principales daños que estos eventos provocan, está la muerte de arbolado adulto, renuevo, vegetación arbustiva, herbácea y pastizales. Sin embargo, los incendios provocan, además, afectaciones muy importantes que van más allá de solo la quema de la vegetación.

Cuando un incendio se presenta y éste es finalmente liquidado, se elabora un reporte en el que se registra su ubicación, las superficies dañadas de cada tipo de vegetación, como arbolado adulto, renuevo, arbustos, hierbas o pastos y se agregan además otros datos como el tiempo de llegada, duración del mismo, el número de combatientes y cuantos de ellos fueron voluntarios, brigadistas oficiales, personal militar, de protección civil, etc. De esta forma es como se integra la estadística de ocurrencia y afectación causada por los incendios forestales en nuestro país.

Sin embargo, los bosques, las selvas y las áreas de vegetación forestal de todo tipo, son ecosistemas mucho más complejos de lo que a simple vista se puede observar. En ellos, ocurren diversos procesos naturales, desde los suelos, la cubierta de hojarasca, los distintos tipos de cubierta vegetal, así como la presencia de otros seres vivos como microorganismos, hongos, insectos, reptiles, aves, pequeños roedores y otros mamíferos, dependiendo del tipo de ecosistema.

En un incendio, se puede afectar en mayor o menor grado, no solo a la vegetación, sino al resto de los recursos naturales asociados. Para algunos de estos es muy complicado identificar y evaluar los daños que haya ocasionado el incendio. En las áreas forestales, tenemos por ejemplo la presencia de fauna silvestre, así como de sus madrigueras y nidos, y por lo tanto, puede haber mortandad de ejemplares adultos, así como de sus crías o huevos. Incluso, los daños pueden ser irreparables cuando en el área hay muy pocos individuos, o aun más, cuando las especies ahí presentes están tipificadas en alguna categoría de riesgo, como amenazadas, raras o en peligro de extinción.

Otra afectación que provoca un incendio, aun en los casos en que haya sido de tipo superficial, es dejar de momento los suelos desnudos, lo cual los expone a daños por erosión. De igual forma, en un área incendiada, sobre todo en las de mayores extensiones, siempre se generan cenizas, que al ser arrastradas por las lluvias, llegan hasta las corrientes de agua, contaminándola y provocando con ello importantes afectaciones a las diferentes especies de peces o anfibios que están presentes en los distintos cuerpos de agua.

De ahí la gran importancia de prevenir, y en su caso, controlar de forma oportuna los incendios forestales. Para ello, se requiere contar con un esquema adecuado de planeación y organización, además de los recursos humanos, materiales y de apoyo necesarios. Como es bien conocido, actualmente la mayor parte de nuestro país presenta diversos grados de sequía, especialmente en la región norte, donde la mayor proporción se presenta en condiciones de sequía extrema a excepcional.

Para enfrentar estas condiciones, es necesario dotar de mayores recursos a las dependencias encargadas de atender este importante tema. Sería deseable, por ejemplo, contar con un fondo especial de atención a emergencias por incendios forestales. Con un mecanismo de este tipo, se podría disponer de forma ágil y oportuna, de los recursos necesarios para atender aquellos incendios que no se pudieron controlar en sus primeras etapas, y evitar así, que estos se conviertan en eventos de gran magnitud y causen mayores daños a nuestras áreas forestales y sus valiosos recursos naturales asociados.

oestradam@hotmail.com