/ viernes 8 de septiembre de 2017

México necesita un líder transformador

En la entrega anterior planteamos que, además de las acciones típicas de campaña, para perfilarse como líder transformador (LT) el candidato debe consensuar y vender su Visión y comunicarla efectivamente, así como autoexpresarse de manera libre y auténtica, posicionando su visión y personalidad en la mente de los seguidores, sustentado en la confianza mutua.

La quinta estrategia es crear capital humano: desarrollar y motivar el talento de los seguidores (ciudadanos y servidores públicos), reconociendo que su potencial para pensar y actuar es superior a su desempeño previo. Ellos son, a la vez, el objetivo y el recurso principal del LT, por lo cual es vital formar redes de personas comprometidas, con quienes trabajar en el análisis y solución de problemas. Los estadistas saben que, en la vida personal y profesional, la naturaleza y la calidad de las relaciones entre los seres humanos son más importantes que casi todos los otros factores que determinan los resultados. El respeto absoluto a la dignidad, aunado a la consideración individual y a la ejecución de programas progresivos de capacitación y desarrollo, permiten al LT sumar seguidores capaces de compartir responsabilidades de liderazgo ante entornos críticos que demandan cambios paradigmáticos, disruptivos, fundamentales y claros en las instituciones y en los procesos vitales del país.

En este contexto, destacamos la indiscutible contribución que hacen las mujeres enriqueciendo el ejercicio del liderazgo político, con su gran sensibilidad hacia personas y familias, dada su proclividad a equilibrar la razón intelectual con las emociones y los sentimientos. Por ello, es socialmente imperioso, a mi juicio, que más mujeres adquieran el status de líderes, y que elijamos a políticos solidarios que comprendan la problemática de la población menos favorecida y “empiecen” a emplear su poder en resolverla.

Las cinco estrategias descritas no son recetas de cocina invariables, sino tienen carácter contingencial; es decir, se aplican en función de las circunstancias, lo que implica pragmatismo en la toma de decisiones y conceptuar cada situación a liderar como un sistema particular que demanda tratamiento específico.  En el tiempo y el espacio, cada grupo humano y cada problema político tienen entornos diferentes y se integran por personas distintas, amén de la diversidad ético-cultural, institucional, tecnológica, sicosocial, económica, etc., que los caracteriza. Por lo anterior, el LT debe: ser flexible, pragmático, con perspectiva estratégica y pensamiento sistémico; abordar integralmente cada situación; y decidir, de manera puntual, lo pertinente.

Por definición, el LT es un dinámico agente de cambio que rompe paradigmas, que crece y hace crecer a sus seguidores; que utiliza la convergencia de poderosos instrumentos como conocimiento, tecnología, creatividad, innovación y sustentabilidad ecológica para administrar la transformación, en beneficio de la mayoría de los mexicanos.

El liderazgo político transformador es, también, un elemento vital para energizar el combate a la corrupción sistémica de arriba a abajo, con capacidad de convocatoria para formular políticas públicas ad hoc y, sobre todo, para implementarlas, fortaleciendo la eficacia de la autoridad, y actuando conjuntamente con medios de comunicación libres, OSC impulsoras y organismos internacionales especializados.

El LT busca el desarrollo institucional y se opone radicalmente a los obsoletos políticos del siglo pasado (dinosaurios aún en posiciones clave), quienes no entienden los nuevos retos de la juventud y de la participación femenina; no se han dado cuenta de que vivimos un momento de transición en que los valores del liderazgo se están ajustando a los nuevos parámetros del futuro social. La deliberación y la crítica hoy forman parte de la participación democrática, mientras que en el pasado la disciplina y obediencia eran los factores clave para hacer política, en perjuicio de la fortaleza de las instituciones. Simbióticamente, el sistema presidencialista y la debilidad institucional han nutrido el caldo de cultivo para las políticas neoliberales y los liderazgos autocráticos, que tienen postrada a la mitad de la población mexicana.

Creo que los gobernantes deben aprender a influir positivamente en el comportamiento de diversos grupos que no existían cuando se crearon las instituciones pauperizadas que hoy .... ¿rigen nuestra convivencia?, a efecto de hacer los cambios que conduzcan a dinamizar el proclamado desarrollo humano.

El Neuroliderazgo representa una perspectiva novedosa y revolucionaria en la materia que nos ocupa, ya que explora lo que ocurre en la fisiología del cerebro de los líderes y cómo ésta influencia los comportamientos, las interacciones y la toma de decisiones en los grupos. El objetivo de esta disciplina es mejorar la efectividad de los líderes con base en los descubrimientos relacionados con la fisiología de la mente y el cerebro. Los procesos que estudia el Neuroliderazgo son principalmente: Solución de problemas y toma de decisiones, Innovación y creatividad, Regulación emocional, Colaboración e influencia, y Gestión del cambio.   Ojalá los políticos revisen estos enfoques y los practiquen para superar su tradicional y patética improvisación.

En síntesis, el liderazgo se aprende y ya no es cosa “unipersonal”, sino de un equipo de líderes (mujeres y hombres) quienes, aplicando la inteligencia intelectual, emocional y social, marcan el rumbo y el ritmo de la convivencia colectiva, en entornos diversos y cambiantes.

Mi idea era rematar comparando el concepto de líder transformador, aquí expuesto, con los perfiles de los candidatos a presidente más probables de los tres partidos preponderantes; pero tales personajes se definirán, quizá, hasta diciembre. De nueva cuenta, los políticos “a la antigüita” están enseñando el cobre creando divisionismo interno y coaliciones entre partidos con ideologías incompatibles en su lucha por el poder, más con el fin de evitar que gane el PRI o Morena, que de posicionar una visión y un líder que mejoren el estado de cosas actual que ya es insostenible.

Estaremos pendientes para analizar y poner en perspectiva el reburujo político del próximo trimestre.

En la entrega anterior planteamos que, además de las acciones típicas de campaña, para perfilarse como líder transformador (LT) el candidato debe consensuar y vender su Visión y comunicarla efectivamente, así como autoexpresarse de manera libre y auténtica, posicionando su visión y personalidad en la mente de los seguidores, sustentado en la confianza mutua.

La quinta estrategia es crear capital humano: desarrollar y motivar el talento de los seguidores (ciudadanos y servidores públicos), reconociendo que su potencial para pensar y actuar es superior a su desempeño previo. Ellos son, a la vez, el objetivo y el recurso principal del LT, por lo cual es vital formar redes de personas comprometidas, con quienes trabajar en el análisis y solución de problemas. Los estadistas saben que, en la vida personal y profesional, la naturaleza y la calidad de las relaciones entre los seres humanos son más importantes que casi todos los otros factores que determinan los resultados. El respeto absoluto a la dignidad, aunado a la consideración individual y a la ejecución de programas progresivos de capacitación y desarrollo, permiten al LT sumar seguidores capaces de compartir responsabilidades de liderazgo ante entornos críticos que demandan cambios paradigmáticos, disruptivos, fundamentales y claros en las instituciones y en los procesos vitales del país.

En este contexto, destacamos la indiscutible contribución que hacen las mujeres enriqueciendo el ejercicio del liderazgo político, con su gran sensibilidad hacia personas y familias, dada su proclividad a equilibrar la razón intelectual con las emociones y los sentimientos. Por ello, es socialmente imperioso, a mi juicio, que más mujeres adquieran el status de líderes, y que elijamos a políticos solidarios que comprendan la problemática de la población menos favorecida y “empiecen” a emplear su poder en resolverla.

Las cinco estrategias descritas no son recetas de cocina invariables, sino tienen carácter contingencial; es decir, se aplican en función de las circunstancias, lo que implica pragmatismo en la toma de decisiones y conceptuar cada situación a liderar como un sistema particular que demanda tratamiento específico.  En el tiempo y el espacio, cada grupo humano y cada problema político tienen entornos diferentes y se integran por personas distintas, amén de la diversidad ético-cultural, institucional, tecnológica, sicosocial, económica, etc., que los caracteriza. Por lo anterior, el LT debe: ser flexible, pragmático, con perspectiva estratégica y pensamiento sistémico; abordar integralmente cada situación; y decidir, de manera puntual, lo pertinente.

Por definición, el LT es un dinámico agente de cambio que rompe paradigmas, que crece y hace crecer a sus seguidores; que utiliza la convergencia de poderosos instrumentos como conocimiento, tecnología, creatividad, innovación y sustentabilidad ecológica para administrar la transformación, en beneficio de la mayoría de los mexicanos.

El liderazgo político transformador es, también, un elemento vital para energizar el combate a la corrupción sistémica de arriba a abajo, con capacidad de convocatoria para formular políticas públicas ad hoc y, sobre todo, para implementarlas, fortaleciendo la eficacia de la autoridad, y actuando conjuntamente con medios de comunicación libres, OSC impulsoras y organismos internacionales especializados.

El LT busca el desarrollo institucional y se opone radicalmente a los obsoletos políticos del siglo pasado (dinosaurios aún en posiciones clave), quienes no entienden los nuevos retos de la juventud y de la participación femenina; no se han dado cuenta de que vivimos un momento de transición en que los valores del liderazgo se están ajustando a los nuevos parámetros del futuro social. La deliberación y la crítica hoy forman parte de la participación democrática, mientras que en el pasado la disciplina y obediencia eran los factores clave para hacer política, en perjuicio de la fortaleza de las instituciones. Simbióticamente, el sistema presidencialista y la debilidad institucional han nutrido el caldo de cultivo para las políticas neoliberales y los liderazgos autocráticos, que tienen postrada a la mitad de la población mexicana.

Creo que los gobernantes deben aprender a influir positivamente en el comportamiento de diversos grupos que no existían cuando se crearon las instituciones pauperizadas que hoy .... ¿rigen nuestra convivencia?, a efecto de hacer los cambios que conduzcan a dinamizar el proclamado desarrollo humano.

El Neuroliderazgo representa una perspectiva novedosa y revolucionaria en la materia que nos ocupa, ya que explora lo que ocurre en la fisiología del cerebro de los líderes y cómo ésta influencia los comportamientos, las interacciones y la toma de decisiones en los grupos. El objetivo de esta disciplina es mejorar la efectividad de los líderes con base en los descubrimientos relacionados con la fisiología de la mente y el cerebro. Los procesos que estudia el Neuroliderazgo son principalmente: Solución de problemas y toma de decisiones, Innovación y creatividad, Regulación emocional, Colaboración e influencia, y Gestión del cambio.   Ojalá los políticos revisen estos enfoques y los practiquen para superar su tradicional y patética improvisación.

En síntesis, el liderazgo se aprende y ya no es cosa “unipersonal”, sino de un equipo de líderes (mujeres y hombres) quienes, aplicando la inteligencia intelectual, emocional y social, marcan el rumbo y el ritmo de la convivencia colectiva, en entornos diversos y cambiantes.

Mi idea era rematar comparando el concepto de líder transformador, aquí expuesto, con los perfiles de los candidatos a presidente más probables de los tres partidos preponderantes; pero tales personajes se definirán, quizá, hasta diciembre. De nueva cuenta, los políticos “a la antigüita” están enseñando el cobre creando divisionismo interno y coaliciones entre partidos con ideologías incompatibles en su lucha por el poder, más con el fin de evitar que gane el PRI o Morena, que de posicionar una visión y un líder que mejoren el estado de cosas actual que ya es insostenible.

Estaremos pendientes para analizar y poner en perspectiva el reburujo político del próximo trimestre.