/ domingo 17 de enero de 2021

Por qué estamos aquí en esta hora de Chihuahua

¿Por qué estamos aquí, en esta hora todas las compañeras y compañeros de Morena con la esperanza y la certeza de que una nueva vida, una nueva forma de asociarnos como comunidad, como gobierno y como sociedad productiva es posible?

¿Por qué ha sido posible que, a un siglo de concluida la Revolución Mexicana que tantos esfuerzo y sangre nos costó, hoy nos encontremos de nuevo en la estación, anunciando que de nuevo el pueblo está organizándose para, siguiendo el ejemplo del país entero, transformar a Chihuahua en una sociedad honesta, honrada, justa y democrática?

¿De dónde nos viene la fuerza, de dónde nace nuestro coraje y nuestra fe en que los chihuahuenses desean un cambio profundo, una transformación definitiva de nuestras comunidades y en particular de todas nuestras instituciones? ¿Cuál es el motivo de nuestras batallas?

La respuesta es simple: nuestras razones y motivos están fincados en la historia y los sacrificios que durante seis décadas vivió la izquierda chihuahuense.

Por ello es el momento de traer a nuestra memoria la valentía de esos grandes hombres y esas grandes mujeres que entregaron su vida para hacer posible una verdadera transformación de nuestro México y en especial de este enorme estado.

Estoy convencido de que no los defraudaremos que, siguiendo su ejemplo, entregaremos nuestra voluntad, nuestra energía, nuestro tiempo y nuestro pensamiento para cumplir el sueño de mejorar el bienestar y la democracia en Chihuahua.

Por eso nuestro punto de partida es el recuerdo de su entrega, de su vocación inquebrantable por luchar y su visión anticipada de que a México y Chihuahua les urgía un gran cambio.

Por ello recordamos que desde fines de los cincuenta campesinos, normalistas y universitarios se congregaban para denunciar a los caciques, a los gobernantes y a los cuerpos policiacos que los reprimían y los despojaban de sus tierras y sus derechos. Los estudiantes reclamaban una mejor enseñanza y apoyos para no abandonar sus estudios, pero también tenían a la vista la necesidad de democratizar en todos sus aspectos la vida y la administración de las normales y las universidades.

También traemos a nuestra memoria la presencia imborrable de quienes en Madera entregaron sus vidas, defendiendo a los más pobres entre los pobres y combatiendo con la esperanza de construir una nueva sociedad.

El 68 tuvo muchas y muy diversas expresiones en la sociedad chihuahuense, estudiantes, campesinos, trabajadores y los fundadores de decenas de organizaciones populares y partidos políticos de izquierda, siempre reprimidos, lucharon contra un Estado mexicano tan reaccionario, como represivo; cuando su propuesta de cambio era una agenda democrática que sólo buscaba refrescar la vida política y social.

Después en los años setenta vivimos un periodo en el que estudiantes, campesinos y obreros organizaron cientos de movimientos sociales en todos los rincones del estado para enfrentar al gobierno y a sus rabiosos defensores, buscando siempre mejores condiciones de vida y trabajo.

Pero también en su agenda siempre estuvieron presentes demandas democráticas como la lucha por la democracia sindical, por los sindicatos independientes y una denuncia permanente de un régimen político autoritario que manipulaba en beneficio del partido en el poder todos y cada uno de los procesos electorales.

Destaqué estos hechos porque ahora se acusa al gobierno de la cuarta transformación de atacar la democracia, de poner en riesgo la vida de los órganos administrativos autónomos del gobierno, como el INAI y el INE, que según el pensamiento neoliberal son la última expresión de los avances democráticos en México.

Aquí en relato queda claro que, en este estado, quien siempre ha dado las muestras de una comprometida lucha democrática han sido los movimientos de izquierda, quienes entregaron lo mejor de su vida para democratizar todas las instituciones del Estado, y si no lo lograron fue porque decenas de gobiernos conservadores, lo mismo del que del PRI que del PAN, los reprimieron, los encarcelaron y dificultaron hasta hacer imposible el sueño democrático de nuestra izquierda.

Pero, con el triunfo de Morena en 2018 y sus dos años de gobierno, que han traído a Chihuahua los impactos de la cuarta transformación, la historia ha dado un vuelco, para abrir las puertas y ventanas de todos los hogares chihuahuense a los vientos de un cambio que habrá de transformar desde sus raíces a la sociedad mexicana y, desde luego, la vida económica, social y política en nuestro querido estado.


¿Por qué estamos aquí, en esta hora todas las compañeras y compañeros de Morena con la esperanza y la certeza de que una nueva vida, una nueva forma de asociarnos como comunidad, como gobierno y como sociedad productiva es posible?

¿Por qué ha sido posible que, a un siglo de concluida la Revolución Mexicana que tantos esfuerzo y sangre nos costó, hoy nos encontremos de nuevo en la estación, anunciando que de nuevo el pueblo está organizándose para, siguiendo el ejemplo del país entero, transformar a Chihuahua en una sociedad honesta, honrada, justa y democrática?

¿De dónde nos viene la fuerza, de dónde nace nuestro coraje y nuestra fe en que los chihuahuenses desean un cambio profundo, una transformación definitiva de nuestras comunidades y en particular de todas nuestras instituciones? ¿Cuál es el motivo de nuestras batallas?

La respuesta es simple: nuestras razones y motivos están fincados en la historia y los sacrificios que durante seis décadas vivió la izquierda chihuahuense.

Por ello es el momento de traer a nuestra memoria la valentía de esos grandes hombres y esas grandes mujeres que entregaron su vida para hacer posible una verdadera transformación de nuestro México y en especial de este enorme estado.

Estoy convencido de que no los defraudaremos que, siguiendo su ejemplo, entregaremos nuestra voluntad, nuestra energía, nuestro tiempo y nuestro pensamiento para cumplir el sueño de mejorar el bienestar y la democracia en Chihuahua.

Por eso nuestro punto de partida es el recuerdo de su entrega, de su vocación inquebrantable por luchar y su visión anticipada de que a México y Chihuahua les urgía un gran cambio.

Por ello recordamos que desde fines de los cincuenta campesinos, normalistas y universitarios se congregaban para denunciar a los caciques, a los gobernantes y a los cuerpos policiacos que los reprimían y los despojaban de sus tierras y sus derechos. Los estudiantes reclamaban una mejor enseñanza y apoyos para no abandonar sus estudios, pero también tenían a la vista la necesidad de democratizar en todos sus aspectos la vida y la administración de las normales y las universidades.

También traemos a nuestra memoria la presencia imborrable de quienes en Madera entregaron sus vidas, defendiendo a los más pobres entre los pobres y combatiendo con la esperanza de construir una nueva sociedad.

El 68 tuvo muchas y muy diversas expresiones en la sociedad chihuahuense, estudiantes, campesinos, trabajadores y los fundadores de decenas de organizaciones populares y partidos políticos de izquierda, siempre reprimidos, lucharon contra un Estado mexicano tan reaccionario, como represivo; cuando su propuesta de cambio era una agenda democrática que sólo buscaba refrescar la vida política y social.

Después en los años setenta vivimos un periodo en el que estudiantes, campesinos y obreros organizaron cientos de movimientos sociales en todos los rincones del estado para enfrentar al gobierno y a sus rabiosos defensores, buscando siempre mejores condiciones de vida y trabajo.

Pero también en su agenda siempre estuvieron presentes demandas democráticas como la lucha por la democracia sindical, por los sindicatos independientes y una denuncia permanente de un régimen político autoritario que manipulaba en beneficio del partido en el poder todos y cada uno de los procesos electorales.

Destaqué estos hechos porque ahora se acusa al gobierno de la cuarta transformación de atacar la democracia, de poner en riesgo la vida de los órganos administrativos autónomos del gobierno, como el INAI y el INE, que según el pensamiento neoliberal son la última expresión de los avances democráticos en México.

Aquí en relato queda claro que, en este estado, quien siempre ha dado las muestras de una comprometida lucha democrática han sido los movimientos de izquierda, quienes entregaron lo mejor de su vida para democratizar todas las instituciones del Estado, y si no lo lograron fue porque decenas de gobiernos conservadores, lo mismo del que del PRI que del PAN, los reprimieron, los encarcelaron y dificultaron hasta hacer imposible el sueño democrático de nuestra izquierda.

Pero, con el triunfo de Morena en 2018 y sus dos años de gobierno, que han traído a Chihuahua los impactos de la cuarta transformación, la historia ha dado un vuelco, para abrir las puertas y ventanas de todos los hogares chihuahuense a los vientos de un cambio que habrá de transformar desde sus raíces a la sociedad mexicana y, desde luego, la vida económica, social y política en nuestro querido estado.