/ sábado 6 de abril de 2019

Prosperidad, personas y planeta, las 3 p

En la reunión de 2015 de la ONU se creó la Agenda 2030 que pretende alcanzar las “3 P”, o sea prosperidad para todos, personas con igualdad de derechos y protección al planeta. La meta es llegar al 2030 sin pobreza, sin desigualdad y sin cambio climático.

Ahí se establecieron los ODS, los Objetivos del Desarrollo Sostenible, que son 17, y se firmaron por 193 países, en Nueva York. Estos objetivos involucran a los países ricos para terminar con la pobreza, promover la igualdad y respetar el planeta. Lo bueno aquí es que el combate a la pobreza, la desigualdad y el cambio climático se volvieron el eje del mundo a lo que se dirigirán las energías de los gobiernos firmantes, algunos de ellos muy poderosos.

Digno de mencionarse es que, al fin, se han puesto de acuerdo y han reconocido que es inhumano que en los países ricos haya tanto desperdicio de comida y bienes, mientras en otros hay hambre y escasez, y que no es posible que haya mujeres esclavizadas por cuestiones religiosas en pleno 2019, ni que viendo derretir los polos sigamos quemando petróleo.

La civilización del ser humano, o lo que yo llamo pasar de animal salvaje a un ser espiritual, es un camino muy lento, vamos aprendiendo y tropezando, devolviéndonos y avanzando, porque para llegar a seres espirituales primero tenemos que tener suplidas nuestras necesidades primarias como comida, vestido, refugio, seguridad, y eso lleva tiempo, pero sólo entonces procederemos a desarrollar nuestra naturaleza espiritual. Y se preguntará usted, estimado lector, lectora, y don Ángel Luna, mi puntual lector, ¿qué pasa con esas personas que ya tienen suplidas sus necesidades primarias y no se ve que desarrollen su espiritualidad? Seguro que usted mismo tiene la respuesta porque sobran ejemplos para señalar: andan por ahí enfermas, drogadas o haciendo guerras familiares o mundiales.

Enhorabuena por el mundo con las intenciones de la agenda 2030 de la ONU.

www.silviagonzalez.com.mx


En la reunión de 2015 de la ONU se creó la Agenda 2030 que pretende alcanzar las “3 P”, o sea prosperidad para todos, personas con igualdad de derechos y protección al planeta. La meta es llegar al 2030 sin pobreza, sin desigualdad y sin cambio climático.

Ahí se establecieron los ODS, los Objetivos del Desarrollo Sostenible, que son 17, y se firmaron por 193 países, en Nueva York. Estos objetivos involucran a los países ricos para terminar con la pobreza, promover la igualdad y respetar el planeta. Lo bueno aquí es que el combate a la pobreza, la desigualdad y el cambio climático se volvieron el eje del mundo a lo que se dirigirán las energías de los gobiernos firmantes, algunos de ellos muy poderosos.

Digno de mencionarse es que, al fin, se han puesto de acuerdo y han reconocido que es inhumano que en los países ricos haya tanto desperdicio de comida y bienes, mientras en otros hay hambre y escasez, y que no es posible que haya mujeres esclavizadas por cuestiones religiosas en pleno 2019, ni que viendo derretir los polos sigamos quemando petróleo.

La civilización del ser humano, o lo que yo llamo pasar de animal salvaje a un ser espiritual, es un camino muy lento, vamos aprendiendo y tropezando, devolviéndonos y avanzando, porque para llegar a seres espirituales primero tenemos que tener suplidas nuestras necesidades primarias como comida, vestido, refugio, seguridad, y eso lleva tiempo, pero sólo entonces procederemos a desarrollar nuestra naturaleza espiritual. Y se preguntará usted, estimado lector, lectora, y don Ángel Luna, mi puntual lector, ¿qué pasa con esas personas que ya tienen suplidas sus necesidades primarias y no se ve que desarrollen su espiritualidad? Seguro que usted mismo tiene la respuesta porque sobran ejemplos para señalar: andan por ahí enfermas, drogadas o haciendo guerras familiares o mundiales.

Enhorabuena por el mundo con las intenciones de la agenda 2030 de la ONU.

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