/ martes 1 de octubre de 2019

Salirse por peteneras

Del folklore popular andaluz procede la palabra “petenera”, definida por la RAE como “palo flamenco parecido a la malagueña, con que se cantan coplas de cuatro versos octosílabos”. Se trata de un cante de origen flamenco muy apto para narrar historias y sucesos de corte romántico, adornándolo con todo tipo de detalles.

De lo anterior deriva la frase o expresión “salirse por peteneras”, que se utiliza cuando alguien, en una conversación, hace o dice algo que no hace al caso; cuando se cambia la conversación repentinamente para eludir una pregunta directa o salir de un apuro, formulando vaguedades que nada tienen que ver con el tema o la pregunta formulada.

A veces nos salimos por peteneras cuando al volver de algún sitio sobre el cual no queremos que otros se enteren y nos preguntan, contestamos con un escueto “anduve por ahí, yo qué sé”. Escurrimos el bulto a la torera, con arte de una faena. Por eso la expresión se aplica a veces en la fiesta brava.

Cuando alguien en público nos pide hablar de algo que en realidad no conocemos del todo y no queremos quedar mal, nos mantenemos todo lo que sea posible mientras contamos lo que nos parece, con tanto detalle y palabras delicadas como seamos capaces de recordar en ese instante.

También cuando alguien ha prometido algo se sale por peteneras al darle largas y manifestar una serie de razones que envuelven a sus interlocutores con tal de no cumplir lo prometido.

La RAE define pues la expresión como “desviar el discurso con una incongruencia, frecuentemente para no pronunciarse en una cuestión comprometida”.

En los campos artístico y político es frecuente el salirse por peteneras. Las respuestas de no pocos funcionarios eluden preguntas que les pueden resultar embarazosas, adornando las respuestas con toda clase de florituras intentando quedar bien con quienes los cuestionan, aunque a los que preguntan –así les sucede a muchos reporteros- la cara les quede como a cuadros.

Contestar sin ir al fondo, salirse por la tangente, desviar la atención, hacerle al Cantinflas, en una palabra salirse por peteneras, es una táctica muy conveniente para esconder segundas intenciones o bien usar esa técnica para quitarse señalamientos molestos, a veces enfocando las baterías contra otros.

Quienes esperan respuestas claras y concisas no pueden conformarse con vaguedades e insistir en que políticos y funcionarios de cualquier nivel, desde los inferiores hasta las máximas autoridades estatales o federales, sean congruentes y respondan sin dar vuelta a los asuntos. ¿Lo ven?






Del folklore popular andaluz procede la palabra “petenera”, definida por la RAE como “palo flamenco parecido a la malagueña, con que se cantan coplas de cuatro versos octosílabos”. Se trata de un cante de origen flamenco muy apto para narrar historias y sucesos de corte romántico, adornándolo con todo tipo de detalles.

De lo anterior deriva la frase o expresión “salirse por peteneras”, que se utiliza cuando alguien, en una conversación, hace o dice algo que no hace al caso; cuando se cambia la conversación repentinamente para eludir una pregunta directa o salir de un apuro, formulando vaguedades que nada tienen que ver con el tema o la pregunta formulada.

A veces nos salimos por peteneras cuando al volver de algún sitio sobre el cual no queremos que otros se enteren y nos preguntan, contestamos con un escueto “anduve por ahí, yo qué sé”. Escurrimos el bulto a la torera, con arte de una faena. Por eso la expresión se aplica a veces en la fiesta brava.

Cuando alguien en público nos pide hablar de algo que en realidad no conocemos del todo y no queremos quedar mal, nos mantenemos todo lo que sea posible mientras contamos lo que nos parece, con tanto detalle y palabras delicadas como seamos capaces de recordar en ese instante.

También cuando alguien ha prometido algo se sale por peteneras al darle largas y manifestar una serie de razones que envuelven a sus interlocutores con tal de no cumplir lo prometido.

La RAE define pues la expresión como “desviar el discurso con una incongruencia, frecuentemente para no pronunciarse en una cuestión comprometida”.

En los campos artístico y político es frecuente el salirse por peteneras. Las respuestas de no pocos funcionarios eluden preguntas que les pueden resultar embarazosas, adornando las respuestas con toda clase de florituras intentando quedar bien con quienes los cuestionan, aunque a los que preguntan –así les sucede a muchos reporteros- la cara les quede como a cuadros.

Contestar sin ir al fondo, salirse por la tangente, desviar la atención, hacerle al Cantinflas, en una palabra salirse por peteneras, es una táctica muy conveniente para esconder segundas intenciones o bien usar esa técnica para quitarse señalamientos molestos, a veces enfocando las baterías contra otros.

Quienes esperan respuestas claras y concisas no pueden conformarse con vaguedades e insistir en que políticos y funcionarios de cualquier nivel, desde los inferiores hasta las máximas autoridades estatales o federales, sean congruentes y respondan sin dar vuelta a los asuntos. ¿Lo ven?