/ lunes 2 de mayo de 2022

Segundo round

Por: Amín Anchondo

Después de un intenso momento en la Cámara de Diputados donde se logró desechar por parte de la oposición la propuesta de reforma eléctrica que había mandado el presidente, ahora viene otro gran debate. Pero antes de hablar de lo que viene, es importante concluir algunas cosas de lo que se vio con la reforma eléctrica: Primero, el bloque opositor no funciona si no se integra Movimiento Ciudadano al bloque. La reforma constitucional hubiera pasado si MC hubiera querido, pero en ésta jugó junto con la alianza del PRI, PAN y PRD. Gracias a eso se logró detenerla. Segundo, era una reforma ya innecesaria porque días antes la Suprema Corte había declarado constitucional una reforma previa en materia eléctrica que estaba impugnada, por lo que prácticamente el debate era ya innecesario, como innecesario era el tema del litio.

Ahora se presenta un nuevo reto para debatir. Esta reforma electoral que viene cantando el presidente desde hace varios meses y que es una de gran calado, pues vendría a cambiar varias cosas de nuestra democracia. Es una reforma que debe de ser analizada punto por punto y no en lo general decir sí o no de inicio. Hay cosas positivas como la disminución de legisladores federales, locales y regidurías en los municipios, cosa que es totalmente necesaria, es un desperdicio de dinero tener tantas personas “tomando decisiones” que en realidad sólo muy pocos hacen la chamba y los demás sólo cobran. La reforma al INE tiene cosas positivas y otras negativas; por ejemplo, el hacer un solo órgano nacional que logre eliminar burocracias con los OPLE y los tribunales locales es algo positivo, pero lo negativo es que quieren hacer de elección popular los puestos de consejeros y eso se prestaría a que un partido tomara control del árbitro. La forma de seleccionar los plurinominales mejora muchísimo y le quita poder a los poderosos de los partidos para democratizar más la selección de los mismos, etc.

Ojo: No se propone eliminar a los plurinominales ni tampoco que el INE lo absorba la Secretaría de Gobernación, etc., digo esto porque las narrativas extremistas (que existen en ambos lados) ya empezaron a distorsionar lo que en realidad dice la propuesta y esto tampoco es positivo para el país. Esto lo ha propiciado el propio presidente con su línea discursiva e incluso hablando de más de lo que contiene la iniciativa. Eso polariza las cosas y el reto que se tiene aquí es que se logre el diálogo para que se cambie lo que creemos que no es correcto y se mantenga lo bueno que contiene la reforma que incluso el PAN había propuesto con anterioridad y ahora viene plasmado ahí.

Ni todo lo que venga del presidente está mal, ni todo lo que venga de la oposición está bien. Tenemos que tener la madurez para poder sentarnos a dialogar con quien sea necesario para lograr que nuestra democracia se siga fortaleciendo y construyendo. Es importante darle una leída a la iniciativa, así la discusión pública será muy constructiva y se podrá sacar conclusiones firmes y fundamentadas. De lo contrario, sólo estamos cayendo en el juego polarizante.


Por: Amín Anchondo

Después de un intenso momento en la Cámara de Diputados donde se logró desechar por parte de la oposición la propuesta de reforma eléctrica que había mandado el presidente, ahora viene otro gran debate. Pero antes de hablar de lo que viene, es importante concluir algunas cosas de lo que se vio con la reforma eléctrica: Primero, el bloque opositor no funciona si no se integra Movimiento Ciudadano al bloque. La reforma constitucional hubiera pasado si MC hubiera querido, pero en ésta jugó junto con la alianza del PRI, PAN y PRD. Gracias a eso se logró detenerla. Segundo, era una reforma ya innecesaria porque días antes la Suprema Corte había declarado constitucional una reforma previa en materia eléctrica que estaba impugnada, por lo que prácticamente el debate era ya innecesario, como innecesario era el tema del litio.

Ahora se presenta un nuevo reto para debatir. Esta reforma electoral que viene cantando el presidente desde hace varios meses y que es una de gran calado, pues vendría a cambiar varias cosas de nuestra democracia. Es una reforma que debe de ser analizada punto por punto y no en lo general decir sí o no de inicio. Hay cosas positivas como la disminución de legisladores federales, locales y regidurías en los municipios, cosa que es totalmente necesaria, es un desperdicio de dinero tener tantas personas “tomando decisiones” que en realidad sólo muy pocos hacen la chamba y los demás sólo cobran. La reforma al INE tiene cosas positivas y otras negativas; por ejemplo, el hacer un solo órgano nacional que logre eliminar burocracias con los OPLE y los tribunales locales es algo positivo, pero lo negativo es que quieren hacer de elección popular los puestos de consejeros y eso se prestaría a que un partido tomara control del árbitro. La forma de seleccionar los plurinominales mejora muchísimo y le quita poder a los poderosos de los partidos para democratizar más la selección de los mismos, etc.

Ojo: No se propone eliminar a los plurinominales ni tampoco que el INE lo absorba la Secretaría de Gobernación, etc., digo esto porque las narrativas extremistas (que existen en ambos lados) ya empezaron a distorsionar lo que en realidad dice la propuesta y esto tampoco es positivo para el país. Esto lo ha propiciado el propio presidente con su línea discursiva e incluso hablando de más de lo que contiene la iniciativa. Eso polariza las cosas y el reto que se tiene aquí es que se logre el diálogo para que se cambie lo que creemos que no es correcto y se mantenga lo bueno que contiene la reforma que incluso el PAN había propuesto con anterioridad y ahora viene plasmado ahí.

Ni todo lo que venga del presidente está mal, ni todo lo que venga de la oposición está bien. Tenemos que tener la madurez para poder sentarnos a dialogar con quien sea necesario para lograr que nuestra democracia se siga fortaleciendo y construyendo. Es importante darle una leída a la iniciativa, así la discusión pública será muy constructiva y se podrá sacar conclusiones firmes y fundamentadas. De lo contrario, sólo estamos cayendo en el juego polarizante.