/ viernes 24 de noviembre de 2023

Camino Real | “Sanders: un comerciante judío en Chihuahua” IV

Son las ocho de la mañana del jueves 10 de octubre de 1946 y el silbato de la Aceitera suena fuerte, invitando a los pájaros negros de pecho naranja, que ahí amanecen, a abandonar el espacio para trasladarse hacia el monumento a Benito Juárez, el espectáculo es singular, pero esta mañana algo parece no ir del todo bien.

Son casi las tres de la tarde, y al otro lado del río, en una habitación del lujoso Hotel Cortez del centro de la ciudad de El Paso, convalece Eduardo Sanders, de 76 años. Apenas hace unos días, cuando llegó a la recepción, sintió que su boca no le respondía y hablaba como enredando las palabras. “Debe ser cansancio”, pensó en ese momento y se fue a dormir temprano. Pero hoy, los dolores de cabeza son cada vez más fuertes y profundos…ahora mismo no siente la mitad del cuerpo.

Su hijo Rafael, le asiste en sus últimos instantes y ya ha llamado a emergencias. Su padre no responde. Los paramédicos llegan casi de inmediato, pero ya no hay nada que pueda hacerse, el certificado de defunción dicta la causa de muerte “trombosis cerebral, duración: 4 días”.


Breve historia de Eduardo Sanders (1870-1946): el reconocido empresario de origen alemán falleció a la edad de 76 años en el Paso, Texas. Sus servicios funerarios fueron en la capilla de la sinagoga Monte Sinaí de esa ciudad, sus restos descansan en el panteón de la iglesia. A su sepelio acudieron destacados empresarios y políticos de ambos lados de la frontera, de entre los que destacaron al alcalde Arturo Chávez.

La calle que hoy lleva su nombre fue pavimentada por él mismo para 1914, y aunque en los mapas oficiales de la ciudad no aparece el nombre Eduardo Sanders, sino hasta 1984, la gente recuerda la nomenclatura al menos desde 1950. Sanders perteneció a una segunda generación de empresarios extranjeros en México. Su postura fue siempre afín al trabajo de los obreros, además de que destacó por otorgar préstamos flexibles a los campesinos, que le vendían la semilla de algodón con la que elaboraba aceite, jabón y otros productos industriales.

Al fallecer, sus hijos se hicieron cargo de las empresas familiares. Rafael, el mayor, quedó a cargo de la Aceitera, la gente lo recuerda por su sencillez y trato amable, varias veces fue visto llegar a su negocio junto con las secretarias, en una combi de color beige. Por su parte, Reginaldo se hizo cargo de la Juárez Mercantil S.A., en donde se siguieron vendiendo tractores John Deere, mientras que David, el hijo menor, siguió trabajando como vicepresidente de un negocio de almacenes en el Paso, Texas.

La Fábrica de Aceite de Algodón, mejor conocida como la Aceitera, sufrió un grave incendio para 1972, la gente recuerda enormes explosiones, tambos volando a presión, fuertes llamas y algunos heridos. De acuerdo con testimonios de vecinos del lugar, luego de este catastrófico evento, la maquinaria fue vendida para inicios de la década de 1980. Los terrenos que ocupaba la célebre fábrica, fueron vendidos para la construcción de un enorme centro comercial. Hoy en día, ninguna referencia o placa conmemorativa hace mención del origen del espacio, mucho menos de los grandes aportes que hizo este personaje, a la vida pública de la frontera. Una ausencia más de la parca y simuladora política cultural. FIN.


Referencias. Archivo Histórico del Registro Civil de Chihuahua, Buró de Estadística Vitales del Departamento de Salud de Texas, Departamento de Comercio y Buró de Censos de los Estados Unidos, Departamento de Labor y Servicio de Naturalización, El Paso Times, Listas de pasajeros y tripulantes entrantes, Nueva York (incluyen Castle Garden y la Isla Ellis), Estados Unidos, 1820–1890, El Paso Herald, Registro de Sepulturas Restlawn Memorial Park, El Continental. Agradecimiento especial a la familia García Araujo y a Don Guillermo León Portillo.

Son las ocho de la mañana del jueves 10 de octubre de 1946 y el silbato de la Aceitera suena fuerte, invitando a los pájaros negros de pecho naranja, que ahí amanecen, a abandonar el espacio para trasladarse hacia el monumento a Benito Juárez, el espectáculo es singular, pero esta mañana algo parece no ir del todo bien.

Son casi las tres de la tarde, y al otro lado del río, en una habitación del lujoso Hotel Cortez del centro de la ciudad de El Paso, convalece Eduardo Sanders, de 76 años. Apenas hace unos días, cuando llegó a la recepción, sintió que su boca no le respondía y hablaba como enredando las palabras. “Debe ser cansancio”, pensó en ese momento y se fue a dormir temprano. Pero hoy, los dolores de cabeza son cada vez más fuertes y profundos…ahora mismo no siente la mitad del cuerpo.

Su hijo Rafael, le asiste en sus últimos instantes y ya ha llamado a emergencias. Su padre no responde. Los paramédicos llegan casi de inmediato, pero ya no hay nada que pueda hacerse, el certificado de defunción dicta la causa de muerte “trombosis cerebral, duración: 4 días”.


Breve historia de Eduardo Sanders (1870-1946): el reconocido empresario de origen alemán falleció a la edad de 76 años en el Paso, Texas. Sus servicios funerarios fueron en la capilla de la sinagoga Monte Sinaí de esa ciudad, sus restos descansan en el panteón de la iglesia. A su sepelio acudieron destacados empresarios y políticos de ambos lados de la frontera, de entre los que destacaron al alcalde Arturo Chávez.

La calle que hoy lleva su nombre fue pavimentada por él mismo para 1914, y aunque en los mapas oficiales de la ciudad no aparece el nombre Eduardo Sanders, sino hasta 1984, la gente recuerda la nomenclatura al menos desde 1950. Sanders perteneció a una segunda generación de empresarios extranjeros en México. Su postura fue siempre afín al trabajo de los obreros, además de que destacó por otorgar préstamos flexibles a los campesinos, que le vendían la semilla de algodón con la que elaboraba aceite, jabón y otros productos industriales.

Al fallecer, sus hijos se hicieron cargo de las empresas familiares. Rafael, el mayor, quedó a cargo de la Aceitera, la gente lo recuerda por su sencillez y trato amable, varias veces fue visto llegar a su negocio junto con las secretarias, en una combi de color beige. Por su parte, Reginaldo se hizo cargo de la Juárez Mercantil S.A., en donde se siguieron vendiendo tractores John Deere, mientras que David, el hijo menor, siguió trabajando como vicepresidente de un negocio de almacenes en el Paso, Texas.

La Fábrica de Aceite de Algodón, mejor conocida como la Aceitera, sufrió un grave incendio para 1972, la gente recuerda enormes explosiones, tambos volando a presión, fuertes llamas y algunos heridos. De acuerdo con testimonios de vecinos del lugar, luego de este catastrófico evento, la maquinaria fue vendida para inicios de la década de 1980. Los terrenos que ocupaba la célebre fábrica, fueron vendidos para la construcción de un enorme centro comercial. Hoy en día, ninguna referencia o placa conmemorativa hace mención del origen del espacio, mucho menos de los grandes aportes que hizo este personaje, a la vida pública de la frontera. Una ausencia más de la parca y simuladora política cultural. FIN.


Referencias. Archivo Histórico del Registro Civil de Chihuahua, Buró de Estadística Vitales del Departamento de Salud de Texas, Departamento de Comercio y Buró de Censos de los Estados Unidos, Departamento de Labor y Servicio de Naturalización, El Paso Times, Listas de pasajeros y tripulantes entrantes, Nueva York (incluyen Castle Garden y la Isla Ellis), Estados Unidos, 1820–1890, El Paso Herald, Registro de Sepulturas Restlawn Memorial Park, El Continental. Agradecimiento especial a la familia García Araujo y a Don Guillermo León Portillo.