/ jueves 30 de noviembre de 2023

Completo

Una sola frase puede llevarnos a hacer una gran reflexión

“PREFIERO SER UN INDIVIDUO COMPLETO ANTES QUE UNA BUENA PERSONA”

¿Quién es una buena persona? Para contestar tendríamos que interpretar los diferentes conceptos de buena persona y opiniones de cada cual, que pueden ser muchos. La bondad de unos es beneficio de otros. Por ejemplo, en Sinaloa el Chapo Guzmán era bueno para aquellos a los que ayudaba con las ventajas de su dinero y “protección”, por otro lado, los afectados con el narcotráfico lo denominan un demonio.

¿Quién es bueno, cuándo y por qué? Se dice que los seres humanos tenemos más de bueno que de malo, pero sin duda el bien y el mal fluctúan en cada persona.

Algo muy bueno pasa cuando aceptamos que todos tenemos un lado oscuro, nos volvemos más compasivos con nosotros mismos y con nuestros semejantes.

Entonces ¿Qué sería ser un individuo completo? Una persona que asume su naturaleza y se responsabiliza de sus acciones, aceptando su lado bueno tanto como el malo.

Nada más analicemos el tiempo que pierde una persona en demostrar que es buena por el solo hecho de que se le aplauda, una obstinación de negar ese otro lado por ego, miedo, vergüenza o culpa.

Vivimos en una cultura donde el error es severamente juzgado, por eso vamos por la vida cuidándonos para que no se nos note lo incómodo, lo inaceptable, eso donde la regamos y nos señala públicamente ¡Ah, pero cómo nos gusta señalar el lado oscuro de los demás! Y en ese juicio nos elevamos a las gradas donde se sientan “los buenos” para ser espectadores de la función lamentable y desagradable del momento, unas gradas que no garantizan un lugar para siempre, a veces estamos arriba y otras veces abajo o dando de qué hablar en el ruedo.

Me llama la atención como políticos en EUA que fueron descubiertos en un acto ilícito o indebido, humildemente presentan su renuncia. Y más me llama la atención lo que por otro lado hacen muchas figuras públicas para no revelar sus sombras, al grado de aniquilar todo y a todos los que los puedan delatar en la maldad.

Cuando aceptamos que tanto somos buenos como malos, encontramos paz, ya no hay necesidad de engañarnos, podemos conocernos mejor para desde ese punto aspirar a ser mejores por nuestro bien y el de los demás.

NI TAN BUENOS, NI TAN MALOS SIMPLEMENTE HUMANOS.

Hay un ejercicio muy bueno para integrarnos a la UNIDAD, cada vez que emitas un juicio hacia los demás, analiza por qué te molesta tanto eso que juzgas, busca en ti algo que se hermane con esa acción o actitud del otro que te molesta y si te conoces y aceptas y eres sincero contigo mismo encontrarás algo similar en ti ¡Por eso lo ves en el otro, porque ya lo conoces y también de alguna otra forma tú lo tienes, tú lo haces!

Se roba, se mata, se miente de muchas maneras ¡Cuáles son las tuyas! ¿Crees que las del otro son peores? ¿Por qué?

Es imposible que veas en el otro algo que tú no conoces, algo que ya has experimentado o estás experimentando, pero que te niegas a ver, a aceptar porque no te gusta y sólo en la proyección del otro lo puedes juzgar, para no enfrentarte con tus sombras. También lo que ves bueno en otro, tú lo tienes de alguna manera, descúbrelo y celébralo.

ROBERTA CORTAZAR B.



Una sola frase puede llevarnos a hacer una gran reflexión

“PREFIERO SER UN INDIVIDUO COMPLETO ANTES QUE UNA BUENA PERSONA”

¿Quién es una buena persona? Para contestar tendríamos que interpretar los diferentes conceptos de buena persona y opiniones de cada cual, que pueden ser muchos. La bondad de unos es beneficio de otros. Por ejemplo, en Sinaloa el Chapo Guzmán era bueno para aquellos a los que ayudaba con las ventajas de su dinero y “protección”, por otro lado, los afectados con el narcotráfico lo denominan un demonio.

¿Quién es bueno, cuándo y por qué? Se dice que los seres humanos tenemos más de bueno que de malo, pero sin duda el bien y el mal fluctúan en cada persona.

Algo muy bueno pasa cuando aceptamos que todos tenemos un lado oscuro, nos volvemos más compasivos con nosotros mismos y con nuestros semejantes.

Entonces ¿Qué sería ser un individuo completo? Una persona que asume su naturaleza y se responsabiliza de sus acciones, aceptando su lado bueno tanto como el malo.

Nada más analicemos el tiempo que pierde una persona en demostrar que es buena por el solo hecho de que se le aplauda, una obstinación de negar ese otro lado por ego, miedo, vergüenza o culpa.

Vivimos en una cultura donde el error es severamente juzgado, por eso vamos por la vida cuidándonos para que no se nos note lo incómodo, lo inaceptable, eso donde la regamos y nos señala públicamente ¡Ah, pero cómo nos gusta señalar el lado oscuro de los demás! Y en ese juicio nos elevamos a las gradas donde se sientan “los buenos” para ser espectadores de la función lamentable y desagradable del momento, unas gradas que no garantizan un lugar para siempre, a veces estamos arriba y otras veces abajo o dando de qué hablar en el ruedo.

Me llama la atención como políticos en EUA que fueron descubiertos en un acto ilícito o indebido, humildemente presentan su renuncia. Y más me llama la atención lo que por otro lado hacen muchas figuras públicas para no revelar sus sombras, al grado de aniquilar todo y a todos los que los puedan delatar en la maldad.

Cuando aceptamos que tanto somos buenos como malos, encontramos paz, ya no hay necesidad de engañarnos, podemos conocernos mejor para desde ese punto aspirar a ser mejores por nuestro bien y el de los demás.

NI TAN BUENOS, NI TAN MALOS SIMPLEMENTE HUMANOS.

Hay un ejercicio muy bueno para integrarnos a la UNIDAD, cada vez que emitas un juicio hacia los demás, analiza por qué te molesta tanto eso que juzgas, busca en ti algo que se hermane con esa acción o actitud del otro que te molesta y si te conoces y aceptas y eres sincero contigo mismo encontrarás algo similar en ti ¡Por eso lo ves en el otro, porque ya lo conoces y también de alguna otra forma tú lo tienes, tú lo haces!

Se roba, se mata, se miente de muchas maneras ¡Cuáles son las tuyas! ¿Crees que las del otro son peores? ¿Por qué?

Es imposible que veas en el otro algo que tú no conoces, algo que ya has experimentado o estás experimentando, pero que te niegas a ver, a aceptar porque no te gusta y sólo en la proyección del otro lo puedes juzgar, para no enfrentarte con tus sombras. También lo que ves bueno en otro, tú lo tienes de alguna manera, descúbrelo y celébralo.

ROBERTA CORTAZAR B.