/ sábado 17 de abril de 2021

De mujer a mujer

Vivimos, todavía, en un mundo dirigido por los hombres, en Estados Unidos donde se precian de equidad de género desde hace muchas décadas, ni siquiera han tenido una presidenta.

Inglaterra, desde Margaret Tatcher, no volvió a tener una ministra hasta el 2016, Teresa May, pero fíjese usted, amable lector, lectora, en toda la historia de Inglaterra, desde que los ministros tienen el poder de un presidente, 115 años, sólo ha habido estas dos ministras, y si nos vamos de país en país sucede lo mismo: de vez en cuando una mujer es elegida, pero esas mismas mujeres parecen no sentar bases para que las sigan sucediendo mujeres y de nuevo los hombres vuelven a la carga, de ninguna manera estoy insinuando que los hombres se desempeñen mal, pero yo quisiera un cambio de rumbo, unas políticas más humanistas más igualitarias, recuerde usted que todo el siglo XX los que queríamos igualdad económica caíamos en la izquierda y algunos hasta soñaron que el comunismo era la panacea, pero hoy ya sabemos que no es así, que comunismo es igual a esquizofrenia, así que viramos de rumbo y ahora la esperanza es el género femenino. Mujeres como Angela Merkel, la “líder de un mundo libre”, como es nombrada, es lo que necesita el mundo.

En México las más misóginas hemos sido las mujeres, atacándonos unas a otras, muchos años lo hicimos envalentonadas por la cuestión moral y solíamos criticar los comportamientos de las que buscaban más libertad económica, sexual o puestos políticos, siempre basándonos en los códigos morales y religiosos, pero en esta última generación cayó ese moralismo, por lo tanto las mujeres jóvenes son dueñas de su hacer y deshacer.

¿Qué falta para que la mujer desempeñe grandes puestos? Tiempo, y además apoyo de nosotras mismas. Recuerde usted que el movimiento de género no lo inventó un hombre, fueron las librepensadoras, las feministas que a gritos y golpes han marcado el camino y que son muy odiadas hoy, sin embargo nos vienen abriendo paso desde hace más de treinta años. Las mal llamadas “feminazis” me recuerdan a esos niños que al no ser atendidos gritan, patean y destruyen. Y es que, a veces, ante la insensibilidad del gobierno...

De mujer a mujer, querida lectora, votemos por la democracia que tanto nos costó en 1980 y para tener un cambio verdadero démosle una oportunidad a nuestro género.

www.silviagonzalez.com.mx

Miembro de AECHIC

Vivimos, todavía, en un mundo dirigido por los hombres, en Estados Unidos donde se precian de equidad de género desde hace muchas décadas, ni siquiera han tenido una presidenta.

Inglaterra, desde Margaret Tatcher, no volvió a tener una ministra hasta el 2016, Teresa May, pero fíjese usted, amable lector, lectora, en toda la historia de Inglaterra, desde que los ministros tienen el poder de un presidente, 115 años, sólo ha habido estas dos ministras, y si nos vamos de país en país sucede lo mismo: de vez en cuando una mujer es elegida, pero esas mismas mujeres parecen no sentar bases para que las sigan sucediendo mujeres y de nuevo los hombres vuelven a la carga, de ninguna manera estoy insinuando que los hombres se desempeñen mal, pero yo quisiera un cambio de rumbo, unas políticas más humanistas más igualitarias, recuerde usted que todo el siglo XX los que queríamos igualdad económica caíamos en la izquierda y algunos hasta soñaron que el comunismo era la panacea, pero hoy ya sabemos que no es así, que comunismo es igual a esquizofrenia, así que viramos de rumbo y ahora la esperanza es el género femenino. Mujeres como Angela Merkel, la “líder de un mundo libre”, como es nombrada, es lo que necesita el mundo.

En México las más misóginas hemos sido las mujeres, atacándonos unas a otras, muchos años lo hicimos envalentonadas por la cuestión moral y solíamos criticar los comportamientos de las que buscaban más libertad económica, sexual o puestos políticos, siempre basándonos en los códigos morales y religiosos, pero en esta última generación cayó ese moralismo, por lo tanto las mujeres jóvenes son dueñas de su hacer y deshacer.

¿Qué falta para que la mujer desempeñe grandes puestos? Tiempo, y además apoyo de nosotras mismas. Recuerde usted que el movimiento de género no lo inventó un hombre, fueron las librepensadoras, las feministas que a gritos y golpes han marcado el camino y que son muy odiadas hoy, sin embargo nos vienen abriendo paso desde hace más de treinta años. Las mal llamadas “feminazis” me recuerdan a esos niños que al no ser atendidos gritan, patean y destruyen. Y es que, a veces, ante la insensibilidad del gobierno...

De mujer a mujer, querida lectora, votemos por la democracia que tanto nos costó en 1980 y para tener un cambio verdadero démosle una oportunidad a nuestro género.

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