/ jueves 23 de junio de 2022

Varias dimensiones

Por: Roberta Cortazar Bickley

El concepto de realidad es tan variado que se puede decir que los seres humanos aun estando en el mismo lugar están viviendo en un escenario totalmente diferente. ¿ Y cómo es esto? Pues es porque nuestros pensamientos hacen la realidad que vivimos. ¿Y de dónde vienen los pensamientos? Se generan por las creencias que nos conforman.

Al respecto de esto quiero compartirles una experiencia que me llevó a otra dimensión, me vi viendo el planeta desde un lugar muy alto en el espacio, y al estar ubicada ahí mi espíritu se tranquilizó porque entendí que mi estancia en la tierra es sólo un lapso de mi vida. Los problemas se empezaron a achicar y recordé esa frase que dice: Para qué tanto brinco si el suelo está parejo.

Analicé mis creencias y las vi fuera de mí, como si fueran un disfraz que me cubría y no me dejaba ser lo que quiero ser, me deshice del atuendo y la ligereza, aumento de una manera liberadora que me proporcionó paz, mucha paz.

Quiero aclarar que este trance no fue producto de haber tomado ninguna sustancia alucinógena o algo parecido, simplemente fue una conexión con esa fuente divina que aclara cualquier panorama.

Surgieron las preguntas y las respuestas, se dieron espontáneas, sin complicaciones, me salí de todas esas programaciones y volví a la sencillez de la palabra de Jesucristo y entendí que con sólo 10 mandamientos puedo situar mi entendimiento para actuar, y que la confusión empieza en las miles de interpretaciones que nos complican el entendimiento y la simpleza del bien y el mal.

Sé que en esta dimensión donde vivo hoy, la vida puede ser complicada, pero seguiré haciendo estos viajes a la fuente de la energía universal, para calmar mis ansias, para encontrar mi equilibrio.

El sí y el no se ven más claros, el silencio una mejor opción, el perdón un alivio y el agradecimiento un bálsamo. Sé que lo mundano me atrapará de nuevo, pero también sé que ya estoy consciente de sus trampas, así que en los momentos álgidos me transportaré a esa dimensión que he descubierto para sacudirme la basura ambiental terrena.

Los juicios los veo como realmente son, un escalón para ver a los demás más abajo y la gloria está en poder ver de frente a todas esas personas que se cruzan y tienen tanto que decirme y que enseñarme.

Todos vivimos en diferentes dimensiones, pero sólo aquella que nos enseña el mundo desde lejos es la que nos puede aliviar. Anclados en esta tierra sin ver más allá no tendremos la oportunidad de comprender lo que verdaderamente importa, porque los apegos materiales pesan mucho, nos hacen arrastrar los pies y agachar la cabeza.

Sé que esta experiencia que estoy teniendo, la viven muchos, inclusive antes tuve ciertos atisbos de la misma, pero hoy fue más intensa y reparadora.

El boleto para un viaje de estos para mí fue la meditación, respirar y exhalar profundo, dejar ir los pensamientos que se presenten y ahí en esa paz valorar la grandeza de la vida.

Estoy aquí aprendiendo y seguiré haciéndolo con presencia consciente. Y lo único que me resta decir es que amo la vida con todo lo que me ha dado y agradezco la oportunidad de pasar por esta dimensión que es muy mía y que incluye la compañía de otras dimensiones que me invitan a respetar y ser empática con el prójimo. Amén

roberta.cortazar@yahoo.com


Por: Roberta Cortazar Bickley

El concepto de realidad es tan variado que se puede decir que los seres humanos aun estando en el mismo lugar están viviendo en un escenario totalmente diferente. ¿ Y cómo es esto? Pues es porque nuestros pensamientos hacen la realidad que vivimos. ¿Y de dónde vienen los pensamientos? Se generan por las creencias que nos conforman.

Al respecto de esto quiero compartirles una experiencia que me llevó a otra dimensión, me vi viendo el planeta desde un lugar muy alto en el espacio, y al estar ubicada ahí mi espíritu se tranquilizó porque entendí que mi estancia en la tierra es sólo un lapso de mi vida. Los problemas se empezaron a achicar y recordé esa frase que dice: Para qué tanto brinco si el suelo está parejo.

Analicé mis creencias y las vi fuera de mí, como si fueran un disfraz que me cubría y no me dejaba ser lo que quiero ser, me deshice del atuendo y la ligereza, aumento de una manera liberadora que me proporcionó paz, mucha paz.

Quiero aclarar que este trance no fue producto de haber tomado ninguna sustancia alucinógena o algo parecido, simplemente fue una conexión con esa fuente divina que aclara cualquier panorama.

Surgieron las preguntas y las respuestas, se dieron espontáneas, sin complicaciones, me salí de todas esas programaciones y volví a la sencillez de la palabra de Jesucristo y entendí que con sólo 10 mandamientos puedo situar mi entendimiento para actuar, y que la confusión empieza en las miles de interpretaciones que nos complican el entendimiento y la simpleza del bien y el mal.

Sé que en esta dimensión donde vivo hoy, la vida puede ser complicada, pero seguiré haciendo estos viajes a la fuente de la energía universal, para calmar mis ansias, para encontrar mi equilibrio.

El sí y el no se ven más claros, el silencio una mejor opción, el perdón un alivio y el agradecimiento un bálsamo. Sé que lo mundano me atrapará de nuevo, pero también sé que ya estoy consciente de sus trampas, así que en los momentos álgidos me transportaré a esa dimensión que he descubierto para sacudirme la basura ambiental terrena.

Los juicios los veo como realmente son, un escalón para ver a los demás más abajo y la gloria está en poder ver de frente a todas esas personas que se cruzan y tienen tanto que decirme y que enseñarme.

Todos vivimos en diferentes dimensiones, pero sólo aquella que nos enseña el mundo desde lejos es la que nos puede aliviar. Anclados en esta tierra sin ver más allá no tendremos la oportunidad de comprender lo que verdaderamente importa, porque los apegos materiales pesan mucho, nos hacen arrastrar los pies y agachar la cabeza.

Sé que esta experiencia que estoy teniendo, la viven muchos, inclusive antes tuve ciertos atisbos de la misma, pero hoy fue más intensa y reparadora.

El boleto para un viaje de estos para mí fue la meditación, respirar y exhalar profundo, dejar ir los pensamientos que se presenten y ahí en esa paz valorar la grandeza de la vida.

Estoy aquí aprendiendo y seguiré haciéndolo con presencia consciente. Y lo único que me resta decir es que amo la vida con todo lo que me ha dado y agradezco la oportunidad de pasar por esta dimensión que es muy mía y que incluye la compañía de otras dimensiones que me invitan a respetar y ser empática con el prójimo. Amén

roberta.cortazar@yahoo.com